Guzmán en el Congreso: «No acordar causaría stress cambiario e impactaría sobre la inflación, el desempleo y la pobreza»
Luego de meses de negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), finalmente este lunes el Congreso Nacional comenzó a discutirse oficialmente el acuerdo alcanzado entre la Argentina y el organismo por el pago de la deuda.
Previo a las pregunas de los legisladores nacionales, el ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió sobre el riesgo que implicaría no renegociar la deuda con el organismo multilateral de crédito:
«Hay un problema grave, que el Estado busca solucionar en pasos dada su magnitud. Este es un paso muy importante. La alternativa (de no acordar) implicaría un crecimiento de la incertidumbre que no puede redundan en nada mejor y que generaría un profundo stress cambiario, con consecuencias inflacionarias, sobre la actividad, el empleo y la pobreza», sentenció.
“Cuando se acumula mora con el FMI, se requiere otra fuente de financiamiento para poder limpiar la parte de la deuda que no se pagó. Por otra parte, no pagarle al organismo impediría contar con financiamiento externo y, con muy alta de probabilidad, habría salida neta de capitales. Por lo tanto, habría menos divisas, con las consecuencias que ya sabemos que esto implica”, profundizó a lo largo de su exposición.
Además, el funcionario repasó nuevamente las condiciones del acuerdo. En ese sentido, remarcó que el principal limitante al crecimiento económico en Argentina es la restricción externa. Por lo tanto, agregó, es fundamental el desarrollo de sectores con potencial de generación de divisas, y el desarrollo de un mercado de capitales que permita contar con mayores posibilidades de ahorro y financiamiento en moneda local, y achicar la dolarización de carteras.
Guzmán resaltó que el objetivo de acumulación de reservas es fundamental ya que «es la primera condición necesaria para calmar las expectativas, y así ayudar a calmar el mal inflacionario».
Precisamente, en cuanto a la inflación sostuvo que para atacarla es necesario, en primer lugar, no chocarse contra una crisis de balanza de pagos, que implica una depreciación del tipo de cambio, lo cual se traslada a precios. Para eso, según el ministro, debe evitarse tener una carga de deuda insostenible y, a la vez, desarrollar sectores con potencial de generación de divisas. » Lo primero que debemos hacer es atacar un problema productivo», aseguró.
En paralelo, llamó a mejorar el perfil de financiamiento de las políticas públicas y a anclar expectativas tanto vía acumulación de reservas como a través de políticas de precios e ingresos, que «requieren condiciones macroeconómicas favorables».
Intercambio con los diputados
El primer diputado que tomó la palabra fue Luciano Laspina, del bloque de Juntos por el Cambio, quien cuestionó a Guzmán por querer hacer parte al FMI y a la oposición de un “ajuste inevitable” por falta de coraje.
En respuesta a esa crítica, el ministro explicó: “El FMI son los Estados nación del mundo. Lo que aquí buscamos es que Argentina actúe como Estado nación; que no ocurra nunca más que venga un gobierno y haga un acuerdo que tenga consecuencias para generaciones de argentinos, sin la posibilidad de que los representantes del pueblo consideren las condiciones del acuerdo. No es una cuestión de coraje o falta de coraje”.
El oriundo de La Plata también contratacó a quienes afirman que el acuerdo deja una «bomba» para los próximos años, asegurando que «la verdadera bomba» fue el endeudamiento heredado por el Frente de Todos, tanto a nivel nacional como provincial, en una moneda que el país no controla.
También apuntó contra aquellos dirigentes de la oposición, como Laspina, que afirmaron que la deuda en dólares durante el Gobierno actual se incrementó en u$s90.000 millones, ya que dicha cifra incluye deuda en pesos y asistencia del Banco Central (BCRA) al Tesoro».
«Tuve la oportunidad de tener una fuerte exposición académica tanto desde la docencia como desde la investigación y desde la discusión con hacedores de política económica. Me cuesta encontrar una situación de tamaña debilidad conceptual como cuando hacen una conversión de deuda en pesos y financiamiento del BCRA a moneda extranjera, para hablar de endeudamiento en dólares«, sentenció.
Frente al reclamo sobre en qué se utilizó la deuda contraída en moneda local y la emisión durante los últimos dos años, Guzmán aseguró que dichos fondos se volcaron a «financiar las políticas públicas que nos permitieron crecer 10,3% en 2021, recuperar el empleo y sostener a las empresas y los trabajadores con políticas como el ATP, el Repro, el IFE, la reducción de aportes patronales, la construcción de hospitales modulares, comprar las vacunas, y reactivar la inversión en educación, ciencia y tecnología y viviendas”.
Por su parte, los legisladores del Frente de Izquierda, Myriam Bregman y Nicolás del Caño, tildaron al acuerdo vigente con el Fondo (el Stand By) como ilegal, alertaron sobre los condicionamientos que las revisiones trimestrales podrían traer sobre la política económica del Gobierno, y hablaron de «tarifazos» cuando se refirieron al nuevo esquema de reducción de subsidios energéticos.
Respecto de esto último, Guzmán aseveró que desde el Poder Ejecutivo consideran que «es todo lo contrario a un tarifazo». «De ningún modo podemos hablar de tarifazo cuando la tarifa en términos del salario cae para el 90% de los usuarios», detalló.
Precisamente, las tarifas también fueron motivo de discusión con el diputado de Juntos, Martín Tetaz, quien solicitó con énfasis saber el número extacto de aumento que percibirá en las boletas el 10% más rico de la población, que según el memorando ya no recibirá más subsidios.
La respuesta del ministro fue que dicha pregunta «no era relevante» en este momento ya que no se conoce todavía cuál será el precio internacional del gas cuando se haga la segmentación el 1° de junio, lo cual será determinante para conocer la magnitud de la quita de subsidios en términos monetarios.
El Gobierno busca los votos
El Poder Ejecutivo y sus espadas parlamentarias trabajan para poder conseguir los votos que le garanticen una aprobación a finales de esta semana.
Hasta el momento, ni siquiera tiene asegurados todos los votos del Frente de Todos, ya que los más cercanos a La Cámpora no anticiparon su posición y solo mostraron nuevas críticas al organismo financiero internacional.
Este domingo, el presidente Alberto Fernández aseguró que «nadie está feliz» con el acuerdo alcanzado con Fondo, aunque negó que implique «un fuerte condicionamiento» a la política económica del Gobierno, al tiempo que reconoció que «desprecia» al FMI.
En este contexto, el titular de la bancada oficialista, Germán Martínez, señaló: «Soy moderadamente optimista en eso. Vamos a trabajar para que este proyecto salga. El compromiso del bloque que presido es acompañar al presidente de la Nación. Sabemos que hay miradas internas distintas. Priorizamos la unidad en la diversidad de las opiniones».
Según supo NA de un importante diputado de Juntos por el Cambio que el domingo participó de la reunión virtual para acercar posiciones entre los distintos sectores de la alianza opositora, ya existía «un primer punto de encuentro que es no empujar al país al default», e insistió en que la idea es «votar lo más cohesionadamente posible».
Pero la novedad es que se habría sumado un segundo punto de coincidencia que tiene que ver con autorizar al Gobierno para que refinancie la deuda con el FMI, pero sin avalar el programa económico que envió el ministro de Economía, Martín Guzmán, dentro de los anexos de la ley.
En líneas generales, en Juntos por el Cambio no quieren que el Gobierno «coparticipe los costos» que la aplicación de las políticas de austeridad pactadas por el Gobierno con el FMI traerán aparejado en la economía, porque consideran que la gente votó en 2019 al Frente de Todos para que desarrolle su plan de Gobierno y por ende debiera hacerse cargo sin compartir las responsabilidades.