Hablaron con el argentino secuestrado en Nigeria
Jorge está en Kontagora siguiendo las negociaciones con los secuestradores y hoy pudo hablar por teléfono con el joven de 28 años, en la primera prueba de vida que recibieron.
El miércoles por la mañana, Jorge López Menéndez recibió un llamado inesperado. Desde Nigeria, le llegó la noticia de que a su hermano menor, Santiago, lo habían secuestrado hombres armados en uno de los lotes de la empresa Flour Mills, para la que trabaja. Desde entonces, Jorge, que es ingeniero agrónomo igual que Santiago y trabaja en Sierra Leona, está pendiente del teléfono. Hoy, desde la casa donde su hermano vivía con su novia, Alejandra Perkins, en Kontagora, finalmente recibió el llamado que esperaba: pudo hablar con su hermano.
«Acabo de hablar con él, está tranquilo», dijo Jorge a LA NACION por WhatsApp a las 14 de Argentina (18 en Nigeria). En el cuarto llamado de los secuestradores, llegó la prueba de vida.
Desde que llegó a Nigeria ayer junto a un amigo argentino con el que trabaja, Emiliano Mroue, Jorge se instaló en la casa donde vive su hermano con Alejandra Perkins, a quien todos conocen como «Alita». Allí también están el embajador argentino en Nigeria, Gustavo Dzugala, y el cónsul, Leandro Ragone, ambos de cercana relación con Santiago por tratarse de uno de los pocos argentinos que viven en ese país. También forma parte del equipo un grupo de especialistas en secuestros. La casa de Santiago se transformó en un búnker improvisado en esta localidad del estado de Níger, a unas cinco horas en auto desde Abuja, la capital.
«Estamos más cerca», afirmó Jorge, con un optimismo reforzado gracias a esa comunicación con su hermano.
Antes de recibir el tercer llamado, hoy al mediodía, el ingeniero de 35 años había señalado a LA NACION que las llamadas de los secuestradores eran «cortas» pero que los captores «parecen tranquilos». Hasta ese momento, en sus breves mensajes, les decían que Santiago estaba «muy bien» y que le daban comida.
«En otros casos, [los secuestros] nunca fueron violentos… Esperemos que sea así [con Santiago]», expresó Jorge.
Además, señaló que la única condición para la liberación de Santiago era una entrega de dinero.
Por otro lado, los especialistas que los asesoran señalaron que, en función de los antecedentes de casos similares, el secuestro podía durar diez días. «Estamos avanzando para que no sea tanto. Sería muy duro… Para mí pasó un mes y ni siquiera vamos tres días», dijo Jorge López Menéndez.
Según creen los especialistas y la policía, los secuestradores serían de la etnia fulani, una tribu nómade con presencia en África Occidental. «No son comunes los secuestros en esta área. Sí en el sur, donde están las petroleras», explicó Jorge desde Kontagora, donde todos siguen atentos la situación de Santiago.
«La gente acá está muy agradecida con el trabajo que hace Santiago. Lo querían de verdad. Están muy mal por el tema», resaltó su hermano. «Acá no hay violencia más que la pobreza. Él estaba enseñando muchas cosas con resultados muy positivos, triplicando la producción en un lugar donde falta la comida», agregó Jorge, que iba a recibir a Santiago en Sierra Leona en los próximos meses para que sumara a un proyecto agropecuario similar, junto con Mroue.
En esta odisea que le toca vivir, Jorge confía en el trabajo del embajador, quien encabeza las negociaciones. «El embajador y el cónsul están haciendo un trabajo estupendo», destacó. También agradece el apoyo de los amigos y familiares tanto a Alita y a él, en Nigeria, como a sus otros tres hermanos y sus padres, en la Argentina. «Es impresionante el apoyo de la gente. Mis amigos, los de Santi, todos pasan por lo de mi hermana, donde está reunida toda mi familia, constantemente. Nos escriben de todos lados. Eso a Alita y a mí nos está ayudando mucho», dijo.
EL SECUESTRO
Santiago López Menéndez, que vive en Nigeria desde hace más de un año con su novia por motivos laborales, fue secuestrado el miércoles pasado por la mañana por hombres armados mientras organizaba la jornada de siembra de maíz y soja junto a un grupo de empleados locales. «¡No queremos lastimar a nadie! ¡No queremos matar a nadie!», dijeron los secuestradores antes de llevarse sólo al joven argentino en su propia camioneta.
Ayer, el embajador argentino en Nigeria, Gustavo Dzugala, confirmó que estaban negociando la liberación con los secuestradores. Por su parte, la policía estatal de Níger se mostró optimista respecto de un eventual rescate de Santiago e informó que al menos diez camionetas patrulla y un equipo especial antisecuestros participan del operativo.