Indignación sacerdotal
Grupos de apoyo a las víctimas de pedofilia del clero están indignados por las declaraciones consideradas insultantes y negacionistas del cardenal australiano George Pell sobre este controvertido tema. El religioso, frente a una comisión de investigaciones comparó a la Iglesia con una empresa de transportes, en la cual algunos choferes abusaban de personas que hacían “autostop”.
El prelado, prefecto de los Asuntos Económicos del Vaticano, depuso ayer por videoconferencia desde Roma frente a la Comisión Nacional de investigación australiana sobre las respuestas de las instituciones a los abusos sexuales a menores.
La comisión lo interrogó sobre su papel cuando era arzobispo de Melbourne e introdujo en 1996 el esquema de resarcimientos a las víctimas de curas pedófilos, llamado Melbourne Response.
Para afirmar que la culpa legal no puede ser imputada a los líderes de la Iglesia, Pell recurrió imprevistamente a la analogía de los camioneros: “No sería apropiado que los dirigentes de la compañía fuesen considerados responsables”.
Si bien aceptando que la Iglesia tiene obligaciones morales hacia las víctimas, sostuvo que cuando se trata de responsabilidad legal, las acciones de sus sacerdotes no son necesariamente culpa de la Iglesia. Ese punto de vista ha sido discutido en muchos países que consideran que la Iglesia es responsables de los actos de los curas, de cualquier jerarquía. Debido a eso, la curia ha debido pagar indemnizaciones fijadas por la justicia por los delitos cometidos por religiosos. La analogía con los camioneros dejó a los presentes “con la boca abierta por el shock”, dijo Nicky David, de la Red de los sobrevivientes a los abusos de los sacerdotes.