Industria: los planes de los candidatos presidenciales
Tiempo Argentino recogió las principales propuestas que se pondrían en práctica en una eventual gestión de Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Mauricio Macri y Sergio Massa. Batakis defendió los planes de desarrollo, Randazzo apuesta a la continuidad, Pignanelli quiere un Banco de Desarrollo y Sturzenegger apuntó contra la inflación.
El sector industrial ha sido, sin dudas, uno de los principales beneficiados por la salida de la Convertibilidad. Existe una bisagra muy nítida a partir de mediados del año 2002 que pone fin a un período de desmantelamiento del entramado productivo que se inauguró en 1970 y que llegó a su punto cúlmine durante la década del noventa, consignó Tiempo Argentino, .
Según el informe del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID AR), elaborado bajo la dirección de Matías Kulfas y publicado el pasado diciembre, «dichas tendencias relegaron a la industria local a funciones de ensamblaje de componentes importados, y al desmantelamiento de muchas funciones de investigación y desarrollo que se realizaban en el país». Con todo, el propio informe asegura que, desde 2003, se ha recuperado el sector sobre la base del impacto de la fuerte devaluación que puso en marcha la inmensa capacidad ociosa de la sociedad, no solamente en términos de infraestructura productiva sino también de los recursos humanos inutilizados. La puesta en marcha de toda esa maquinaria virtualmente paralizada, sirvió para inaugurar, desde un nuevo piso, un círculo virtuoso entre producción y consumo.
En palabras del informe de CEFID-AR mencionado «el escenario de salida de la crisis configuró un marco más favorable para la recuperación del sector manufacturero por la fuerte devaluación real de la moneda, el rezago salarial ante un escenario de elevado desempleo, el congelamiento inicial en las tarifas de electricidad y gas y la virtual ausencia de costo financiero, produjo una fuerte recomposición de la rentabilidad empresaria en sectores transables, beneficiando particularmente al empresariado industrial.»
Los datos son contundentes en lo que hace a la recuperación del entramado productivo local en todos y cada uno de los sub sectores en la perspectiva de los últimos 13 años. El lustro 2003- 2008 se caracterizó por el usufructo de la capacidad instalada ociosa de la industria y se manifestó en un crecimiento explosivo del sector acompañado de una actualización de las inversiones. La producción industrial aumentó a una tasa media anual del 9,5%, el empleo formal al 8,7%, la productividad laboral el 3,8% y la creación neta de nuevas firmas industriales al 6,2 por ciento. Luego de ese primer impulso inicial el sector industrial entró en un breve amesetamiento resultado de la crisis internacional que luego inauguraría un nuevo «boom» entre 2010 y 2011 durante el cual la producción creció un 13,1% anual, el empleo un 3,0% la productividad laboral un 10% y la capacidad instalada un 4 por ciento.
Sin embargo, entre 2011 y 2013 el sector volvió a estancarse aunque en una situación de crecimiento del 2,3% promedio anual y un incremento de la productividad laboral del 2,5% y de la capacidad instalada del 3,3%. Pero ya desde 2013 a la fecha las cosas cambiaron drásticamente y, según el último informe del INDEC, ya suman 21 los meses consecutivos de decrecimiento de la industria en términos interanuales. Durante el mes de abril hubo una caída del 1,5% con relación al mismo mes del año anterior. La nueva situación se explica, principalmente, por la persistente caída del sector automotriz, pero también de otros sectores de la industria pesada como la siderurgia.
La situación parece tender a revertirse al menos desde la visión del propio empresariado. Según la encuesta de expectativas industriales que realiza el Centro de Estudios para la Producción (CEP) dependiente del Ministerio de Industria, publicada el pasado 20 de mayo, «el 42% de las empresas tiene planeado efectuar inversiones productivas en los próximos doce meses. Además, el 28% de las empresas efectúo inversiones durante los primeros cuatro meses del año.»
Las raíces del estancamiento del sector industrial conllevan un debate. No existe unanimidad de criterios a la hora de establecer los motivos para que se haya producido y mantenido esta situación de retroceso así como tampoco sobre los mejores mecanismos para salir del estancamiento. Desde el impacto de la crisis internacional (en particular la recesión y devaluación brasileña), pasando por las «distorsiones de la macroeconomía derivadas de la política oficial», hasta la propia actitud del sector privado aparecen como los diversos argumentos que esgrimen los asesores de los candidatos presidenciables.
Diego Coatz, economista de la UIA, explicó a Tiempo que «el parate se debe a una macro que no tira como antes, tanto por el mercado interno como por los problemas de precios relativos que tienen algunos sectores. Las políticas micro no alcanzan para desbloquear. Obviamente la situación de Brasil afecta pero el resto del mundo no está tan mal, no hay una recesión generalizada como en 2009.»
Tiempo consultó a los referentes en materia económica e industrial sugeridos por cada uno de los espacios presidenciables con el objetivo de que compartan un diagnóstico sobre la situación así como las propuestas para superar la recesión industrial. Participaron Silvina Batakis (Scioli- FPV), Federico Sturzenegger (Macri-PRO) y Aldo Pignanelli (Massa-FR).
Dentro de la central industrial no parece haber un favorito unánime. En su interior, se sabe, conviven dirigentes que sostienen, más o menos abiertamente, las candidaturas de Scioli, Macri y Massa. Es que, en rigor, en la propia UIA coexisten intereses contrapuestos. Hay quienes se beneficiarían con una fuerte devaluación, quienes dependen más directamente de medidas proteccionistas, o del estímulo al mercado interno y el consumo o aquellos que precisan de insumos o bienes de capital importados y chocan con las restricciones cambiarias y de comercio.
Por eso, los representantes patronales del sector parecen más preocupados por instalar una agenda común frente a los posibles futuros presidentes. La UIA ya dio comienzos a una ronda de reuniones con los candidatos presidenciables para explorar las propuestas que tienen para el sector para el próximo mandato. Ya participaron Ernesto Sáenz y Daniel Scioli. En las próximas semanas, aseguran en la UIA, se realizarán reuniones del mismo tenor entre la cúpula de la entidad y los otros candidatos presidenciables como Sergio Mazza y Margarita Stolbizer. Además, ya están planificadas reuniones técnicas de los asesores de la entidad con los referentes en materia económica, tributaristas y de comercio exterior de cada uno de los espacios políticos comenzando por una ronda la próxima semana donde participarán Miguel Bein, Rosendo Fraga, Rogelio Frigerio y Roberto Lavagna.
Diego Coatz, econmista de la UIA, explicó que la preocupación está planteada en función de «un abordaje en tres etapas: primero la previsibilidad macro, segundo trabajar sobre temas que mejoren la competitividad rápidamente para darle algo de aire a la industria como aspectos tributarios y crediticios sin costo fiscal y el tercero es un plan de desarrollo industrial articulado entre el sector privado y el público».
Es que para el economista «no está claro todavía, más allá del discurso, el lugar que le están dando los candidatos a la industria. El gobierno puso en valor el sector productivo industrial pero en los últimos años en que no le ha ido bien no se han creado instituciones nuevas para lograr ese desarrollo como la creación de un Banco de Desarrollo, más allá de MINCyT, o esquemas de compras públicas. En la primera etapa se aprobaron algunas leyes importantes como la del software que establece incentivos claros, metas y cuantificaciones, o la creación del Instituto Vitivinícola o la ley de biocombustibles que tuvo un gran impacto.»
Consultado sobre la valoración que hace de los planes Bicentenario y los estímulos reglamentados por el BCRA opinó que «son medidas paliativas». De cualquier forma, continuó, «la competitividad no se da sólo por el tipo de cambio, hay muchas cosas que pueden mejorar la situación de la competitividad como los reintegros por el comercio exterior, medidas tributarias, mecanismos financieros más agresivos para fomentar el comercio, tocar algunas regulaciones vinculadas al ingreso de divisas que complican la situación de los exportadores,» explicó.
Finalmente, para el especialista de la UIA, «el desafío es establecer esas políticas de desarrollo. Falta la ley vinculada al sector sidero metalúrgico, o alguna vinculada al sector metalmecánico que promueva la fabricación de autopartes, o plantear el problema de desarrollar el sector ferroviario y energético con tecnología nacional. En el agro gran parte del paquete tecnológico es importado. ¿YPF va a hacer un esfuerzo para desarrollar su propio paquete tecnológico o lo va a importar? O, por ejemplo, Aerolíneas es estatal e importa aviones Embraer, ¿podemos desarrollar insumos para proveer a Embraer? Esta es la agenda», concluyó.
Florencio Randazzo, la continuidad del modelo
El proyecto del pre candidato a presidente que competirá con Daniel Scioli en la interna del Frente Para la Victoria está contenido en los más de diez años de vigencia del modelo productivo con inclusión social que inició Néstor Kirchner y prosiguió Cristina Fernández de Kirchner.
De este modo Florencio Randazzo se valdrá de los lineamientos económicos planteados por el actual Ministro de Economía Axel Kiciloff y la actual Ministra de Industria Déborah Giorgi.
Esto es, por ejemplo, la profundización de de la política de apertura de Parques Industriales (en 2003 existían 80 y ahora ya hay 371 en funcionamiento)y la creación de nuevos regímenes de promoción industrial orientados a la sustitución de importaciones como el complejo tecnológico de Tierra del Fuego.
Otro aspecto esencial de la política vigente es el de la orientación del crédito a los sectores productivos tal como se impulsó a partir de la reforma de la Carta Orgánica del BCRA y la imposición de cupos de créditos blandos para las Pymes sobre el sector bancario, además de los créditos del Bicentenario.
Por último, claro, el aporte a la mejora de la competitividad industrial reduciendo costos de flete sobre la base de la recuperación del tendido ferroviario y la mejora de la infraestructura en general como una alternativa a la devaluación.
«El costo del capital es ridículamente alto»
Federico Sturzenegger es referente económico del espacio liderado por Mauricio Macri
-¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta el sector industrial en esta etapa?
-La competitividad industrial se basa en cuatro pilares, y cuanto mejor estén estos pilares mas altos los salarios reales que podrá sostener la industria local. Los cuatro pilares son un bajo costo del capital, una buena infraestructura, un bajo costo fiscal y acceso a la energía. El gobierno ha fallado, a nuestro entender, en los cuatro temas. El costo del capital es ridículamente alto (YPF se financia al doble del costo de Petrobras), la infraestructura está obsoleta, los impuestos subieron más que con cualquier gobierno, y tenemos un déficit energético creciente, aun cuando este gobierno heredó un gran superávit en energía.
-¿Cuál es la raíz de esos problemas?
-La mala gestión oficial. La situación internacional nunca fue tan buena para Argentina. Mientras que el resto del mundo crece, en la Argentina la producción industrial está estancada hace cuatro años y la participación de la industria en el producto cae.
-¿Considera que habría que tomar medidas generales de política económica o políticas enfocadas a sectores puntuales?
-De ambos tipos. Bajar las retenciones a las producciones regionales son medidas específicas. Dar previsibilidad en el mercado de energía para desarrollar la produccion, también es puntual. Cuando decimos que no tiene sentido pagarle el gas U$S 15 a los qataríes, cuando a los productores locales les pagamos 2,5, también es puntual. Desarrollar en serio los recursos energéticos para un polo industrial en el litoral entre Bahia Blanca y Puerto Madryn también es particular. Pero cuando decimos que el costo de capital baje, para que haya más plata para los trabajadores y menos para el capital, es general para toda la industria y todos los sectores económicos.
-¿Que harían con la política de estímulos crediticios impulsada por el BCRA y el Ministerio de Industria?
-El problema de los planes del Bicentenario es la corrupción. Cuando otorgas un crédito al 8% cuando el mercado te cobra un 25%… La apuesta acá es a un país con una inflación de entre 0 y el 4%, tasas mucho más bajas que las actuales y con posibilidad de ahorrar en instrumentos que te protejan de la inflación. Cuando tengamos eso, el ahorro en pesos crecerá y la disponibilidad de crédito también. La construcción tendrá sus mejores diez años y para 2025 se habrá eliminado el déficit habitacional de Argentina.
-¿Cuál es el aporte que debería hacer el sector privado?
-Es responsable de llevar adelante gran parte de este crecimiento.
–¿Impulsarían un proceso de mayor sustitución de importaciones sobre la base de una política proteccionista o se inclinan por que sea el mercado el que lo determine?
-Las ventajas comparativas que desarrolla una economía son múltiples y a veces sorprendentes. Muchas veces pensamos en agregarle valor a la soja transformando el grano en carne aviar y porcina. Pero nosotros vemos un proceso más rico. Vemos la industria de la soja desarrollando la de la maquinaria agrícola y de ahí a la de maquinaria en general.
TEXTUAL
«La competitividad no se da sólo por el tipo de cambio. Hay medidas tributarias, crediticias y otrs mecanismos financieros más agresivos». Diego Coatz (economista de la UIA).