Kicillof contra los fondos buitre
El ministro los culpa de carecer de voluntad para llegar a un acuerdo y de pretender “desestabilizar” a la región, incluido Brasil. Y calificó a la disputa como una “guerra sin armas”, con objetivos políticos.
La posible negociación entre la Argentina y los fondos buitre por la deuda en default ingresó ayer en un cono de sombras aún más oscuro del que se preveía, luego de que el ministro de Economía, Axel Kicillof, acusó a esos acreedores de carecer de voluntad de acuerdo y acusarlos de pretender «desestabilizar» a la región, incluido Brasil.
Para Kicillof, existe una «estrategia generalizada» que usa «la cuestión financiera como campo de batalla contra» procesos políticos» de la región. El ministro concedió un reportaje a un matutino porteño para volver a la carga contra los fondos especulativos en el interminable litigio por la deuda en manos de quienes rechazaron entrar a los canjes de deuda.
Luego del vencimiento, el miércoles último, de la cláusula RUFO, el funcionario denunció un intento de sectores financieros que «intentan provocar un descalabro en la región», en lo que pareció el punto final para cualquier negociación. Todo indica que el gobierno argentino dejó de lado la opción de salir del default y dejará el tema, como tantos otros, para que deba atenderlo el gobierno que asuma el 10 de diciembre próximo, ya con Cristina Fernández sin chances de reelección.
Kicillof insistió con un argumento que lleva a un callejón sin salida: «Cumplir con todos (los bonistas) pero en condiciones equitativas y sostenibles para el país». Así, el ministro de Economía consideró que «lo más lógico sería esperar una reacción del sistema judicial norteamericano que cambie esta actitud de total intransigencia».
En otra denuncia de supuestas conspiraciones, el ministro relacionó el reciente ataque que recibió la empresa brasileña Petrobras de parte del fondo buitre Aurelius, con la política ejecutada por grupos especulativos contra el país a lo largo de 2014.
Para Kicillof, existe «una estrategia más generalizada que está utilizando la cuestión financiera como campo de batalla contra determinados procesos políticos». «El ataque simultáneo contra Argentina y Brasil está tratando de generar un descalabro financiero en la región», enfatizó el funcionario. Incluso, sostuvo que «estos episodios van a quedar en los anales de cómo se desarrolla una guerra sin armas, desde el terreno judicial y con objetivos políticos».
Además defendió otra vez la estrategia argentina frente a los bonistas que no entraron en los canjes de deuda. Para el ministro, a pesar de que casi no entran inversiones externas a la Argentina, el país «tomó en su momento una decisión acertada y valiente», al no pagarle a los holdouts. Sostuvo que haber acordado con los fondos especulativos hubiese sido «gravísimo» alegando que: «hubiéramos seguido con un juicio detrás de otro de los demás holdouts, a los que Griesa les hubiera reconocido igual derecho a cobrar el ciento por ciento».
Ofrecimiento
En tanto, dijo que el Gobierno le propuso a los holdouts que «acepten las condiciones del canje, que les representaría una ganancia del 300 por ciento», pero se preguntó «si tienen voluntad de llegar a una solución o si su negocio es generar este ataque contra el país».
«Teniendo del otro lado a gente que se mueve de esta forma, no queda claro cuál es el objetivo», señaló, a la vez que manifestó que le llama la «atención la falta de reacción de algunos sectores internos con respecto a la actitud de los fondos buitre». Kicillof se preguntó si «tanta plata invertida para atacar al país, ¿no los escandaliza?».
«Esta forma de actuar, de presionar, de atacar buscando por cualquier medio de someter al Gobierno para que le paguen, ¿no es extorsión, eso no es una práctica propia de la mafia?», se preguntó el jefe del Palacio de Hacienda.