La cultura argentina despide “al maestro” Ricardo Piglia
Generoso, humilde, «el último grande» son algunos de los adjetivos elegidos para describir al escritor fallecido
El mundo cultural argentino había asumido que la muerte de Ricardo Piglia, un referente para todos, llegaría en algún momento por la terrible enfermedad que padecía, el ELA. Pero la noticia no dejó de conmover a un universo en el que Piglia fue un líder indiscutible, siempre citado por todos los jóvenes y no tan jóvenes como el gran maestro. Piglia era el último de los grandes escritores argentinos y su muerte cerró una cadena de decesos que inició Alberto Laiseca el 22 de diciembre y continuó Andrés Rivera al día siguiente. Las reacciones no tardaron en llegar, todas con el tono de dolor y reverencia hacia alguien a quien consideraban un maestro, autor de obras fundamentales de la literatura en castellano.
La enfermedad no impidió que siguiese trabajando en Los diarios de Emilio Renzi, tres libros que escribió a partir del diario personal que había escrito a lo largo de su vida, desde 1957. Por ahora se han publicado sólo dos volúmenes de esa obra: Años de formación y Los años felices. La construcción de esa obra quedó reflejada en el documental 327 cuadernos del cineasta argentino Andrés Di Tella.“Es un documental hermoso donde se lo ve desde otro lugar, más íntimo y que de alguna manera funciona como su despedida”, dice a EL PAÍS la escritora Claudia Piñeiro.
Di Tella, unido a Piglia por una amistad de 30 años, define su partida como «una noticia muy triste», aunque no inesperada. Recuerda que se enteraron de la enfermedad en mitad del rodaje del documental. Él quiso dejarlo inconcluso, pero fue el escritor quien lo animó «a seguir hasta el final, a llevar adelante ese sueño» que habían compartido. Lo recuerda como una persona «humilde», «con un gran sentido del humor» y «mucha generosidad». «Su gran preocupación era que yo no hiciera un monumento de él. Cuando vio el documental se sintió aliviado», afirma.
“La muerte de Piglia es una pérdida inmensa para la literatura argentina. Había dos grandes hasta este momento y debajo de ellos un pelotón: [César] Aira y Piglia. Por eso es una de las literarias que me ha tocado vivir que más lamento. Creo que su obra ensayística es de lo más importante de su legado, desde Formas Breves hasta Tres Vanguardias, pasando por los extraordinarios diarios de Emilio Renzi. Quien además de leerlo quiera ‘verlo’ tenemos la suerte de que muchas de sus clases están en YouTube”, agrega Piñeiro.
El escritor Martín Caparrós fue otro de quienes lamentaron la muerte de Piglia. “Tanta tristeza -y un pequeño homenaje. Gracias, maestro”, escribió en Twitter, con un vínculo a una nota que lleva su firma titulada Ser es leer. Caparrós escribe allí que “Ricardo Piglia es sin duda el escritor argentino vivo más importante. Quizás no el más copiado; por aquellos misterios y confusiones de las plumas y sus espejitos de colores, hay más aspirantes que querrían ser Aira. Pero Piglia ha definido como nadie qué es la literatura argentina contemporánea, cuál es su canon, cuáles son sus problemas. Entre ellos, el asunto central del fin de siglo en ese fin del mundo: cómo escribir después de Borges”.