La Nación respaldó el final de los aplazos
La provincia de Buenos Aires eliminó los aplazos para los chicos de los colegios primarios. Si bien la nueva regla se aplicará exclusivamente en territorio bonaerense, el ministro de Educación de la Nación respaldó la iniciativa. «La norma no está iluminada en la idea de que todos terminen de cualquier manera; es un acompañamiento más inteligente, que estamos haciendo también en el secundario», explicó.
El titular de la cartera educativa planteó, además, que hay que revisar también «la instancia de examen de vida o muerte» porque no todos los alumnos tienen la misma entereza para afrontar la etapa de evaluación. «Necesitamos una evaluación más integral, con más chances; algunos dirán que esto es populismo y facilismo, yo digo que son más oportunidades», analizó en radio Metro.
El nuevo régimen de la provincia de Buenos Aires cambia los tradicionales boletines de calificaciones por libretas de trayectoria y permite que los chicos no repitan aún con dos de las seis materias previas.
Sileoni aseguró que este tipo de iniciativas forman parte de un proceso de «promoción acompañada» en donde lo más importante es que los chicos aprehendan conocimientos y no resignar aprendizaje para que los alumnos aprueben de cualquier manera. «Si aprenden en abril o aprenden en septiembre, es un detalle», evaluó. Y reforzó: «Esta no es la escuela del viva la pepa, es la escuela del 2014».
Medidas como las que impulsa el gobierno de Daniel Scioli buscan otros modos de transitar la escolarización primaria, «con el mismo esfuerzo pero con el incentivo de tener una oportunidad». «Queremos que aprendas, que tengas más chances, que sepas que no va a sonar una chicharra que te diga no tenés más tiempo», graficó Sileoni.
El especialista aseguró que hay chicos a los que una nota baja como un «2» les infla el pecho y los lleva a redoblar el esfuerzo. En cambio hay casas donde una nota baja pueden llevar a hacer una lectura equivocada.
«Tampoco la repitencia era la solución mágica. Porque la repitencia en los sectores más carecientes es una confusión generacional, de que no le da a los pibes. Entonces el papá llega a a la casa y dice repitió: tiene el mismo destino que yo porque no le da», concluyó.