La ONU se declara «horrorizada»
En declaraciones a la prensa en Damasco, el coordinador humanitario del organismo agregó que el prolongado conflicto que estalló hace más de cuatro años no sólo «afecta severamente» la vida de millones de sirios sino que además amenaza la estabilidad de toda la región.
El máximo funcionario de la ONU para asuntos humanitarios,Stephen O’Brien, se manifestó hoy «horrorizado» por los ataques contra civiles cometidos por las partes en conflicto en Siria, y condenó en especial la matanza de casi 100 personas en bombardeos de la aviación nacional lanzados ayer en un suburbio de Damasco.
La advertencia llegó en medio de una escalada de la violencia en Siria y en una jornada en la que al menos 16 personas murieron en ataques rebeldes con artillería contra la norteña Alepo y la localidad costera de Latakia, uno de los bastiones del gobierno del presidente Bashar Al Assad, informaron medios estatales.
«Los ataques a civiles son ilegales, inaceptables y deben parar. Llamo a las partes implicadas en la lucha a que protejan a los civiles y respeten la ley humanitaria internacional», señaló O’Brien al término de una estadía de tres días en Siria durante la cual se reunió con autoridades y visitó la provincia de Homs.
El responsable de la ONU hizo estas declaraciones un día después de que al menos 96 personas murieran y 240 resultaran heridas por un bombardeo gubernamental contra un mercado de Duma, un suburbio al este de Damasco controlado por rebeldes islamistas, según el recuento de la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Según la ONU, más de 250.000 personas murieron ya en Siria desde que comenzó el conflicto entre el gobierno de Al Assad y grupos insurgentes, en marzo de 2011.
«Estoy particularmente pasmado por informes de ataques aéreos que ayer dejaron decenas de civiles muertos y heridos, en pleno centro de Duma. Estoy horrorizado por la falta de respeto total por la vida de los civiles en este conflicto», dijo O’Brien.
O’Brien recordó, además, que la semana pasada grupos armados lanzaron proyectiles contra la capital y deploró la táctica de los insurgentes de cortar el suministro de agua a Damasco, diciendo que «es inaceptable» usar el agua «como arma de guerra».
«Esta es mi primera visita a Siria y hubiera deseado que no hubiera sido en circunstancias tan terribles», dijo, citado por la agencia de noticias EFE.
El viaje de O’Brien fue su primera visita a Siria desde que sustituyera en mayo a Valerie Amos al frente de la Secretaría General adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios.
En Washington, el vocero del Departamento de Estado norteamericano, John Kirby, dijo que Estados Unidos «condena en los términos más fuertes posibles los mortales ataques del régimen de Al Assad».
Desde Bruselas, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, y el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, pidieron que los responsables de asesinatos de civiles y de las «graves» violaciones de los derechos humanos que se producen en Siria «rindan cuentas».
En una declaración conjunta, agregaron que el conflicto se ha convertido en la «mayor crisis humanitaria del mundo».
También hoy, en Siria, los rebeldes que controlan Ghouta Oriental, el área de los suburbios ubicados al este de Damasco, donde se ubica Duma, declararon un toque de queda en la zona por temor a nuevos bombardeos y para proteger la vida de los civiles, según dijeron en un comunicado.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de otros 22 bombardoes lanzados hoy en Ghouta Oriental, incluyendo siete más en Duma, pero no dio cifras de víctimas.
O’Brien consideró que «han sido los civiles quienes se han llevado la peor parte en este conflicto durante cuatro años».
«Al menos un cuarto de millón de sirios han muerto, más de un millón han resultado heridos y casi la mitad de la población se ha desplazado de sus hogares», subrayó.
Por otro lado, el responsable de la ONU expresó su preocupación ante la falta de financiación de la ayuda en Siria y la región, ya que solo se ha cubierto el 30 % de los fondos que la ONU necesita para responder a las necesidades humanitarias en el territorio sirio durante este año.
Durante su viaje, O’Brien se ha reunido con el ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, y su «número dos», Faisal Miqdad, así como con otros responsables gubernamentales.
O’Brien calificó de «constructivas» las conversaciones mantenidas con el fin de «fortalecer las operaciones de ayuda humanitaria», y manifestó su esperanza de que se tomarán pasos concretos para que más gente reciba esa asistencia.
Agregó que durante los contactos con las autoridades sirias expresó su inquietud por el bienestar de las 4,6 millones de personas en áreas cercadas o de difícil acceso.