Los Pumas en semis: las 3 claves de un equipo
Para el seleccionado argentino, la mejor defensa es el ataque. A su genética solidaria y tackleadora, Hourcade le imprimió una irrenunciable vocación ofensiva. Convencidos como están, pueden soñar.
¿Hasta dónde pueden llegar Los Pumas? Están otra vez entre los cuatro mejores seleccionados del planeta, ocho años después de su gesta de bronce en Francia. Se metieron en las semifinales de la Copa del Mundo de Rugby con un triunfo sublime sobre Irlanda. Y el domingo enfrentarán a un gigante como Australia en busca de un paso histórico a la final. ¿Pueden soñar con más?
La respuesta es «Sí».
Si dominaron al campeón europeo y lo doblegaron con autoridad, fue merced a su esencia de equipo: con una imagen históricamente asociada a la defensa aguerrida, a la entrega y solidaridad, este seleccionado argentino es un elenco que ha hecho del ataque su identidad.
Los Pumas no se olvidaron de sus raíces. El tackle y la actitud aguerrida están en sus genes, pero le han agregado una irrenunciable vocación ofensiva y, lo que es mejor, están absolutamente convencidos del sistema que ha impuesto el cuerpo técnico liderado por Daniel Hourcade. Eso los hace un equipo durísimo. Para cualquiera, incluso para las máximas potencias.
Además, con la idea incorporada bajo la piel, el esquema colectivo potencia las individualidades, que de por sí demuestran un enorme talento individual, en un conjunto que ha logrado amalgamar la juventud con la experiencia.
Estos Pumas 2015 han hecho del ataque la mejor defensa, para erigirse en un equipo que gana, gusta y golea.
Las claves del triunfo
Sabían los argentinos qué clase de rival tenían enfrente este domingo en Cardiff. Sabían que el campeón europeo no se resentiría en su estructura por causa de las bajas, pero conocían perfectamente las virtudes individuales de esas ausencias, como para explotarlas. ¿Qué hicieron Los Pumas?
1-Atacar y pegar en el momento justo
Esta, como dijimos, no es una estrategia de partido, sino la esencia del equipo. No cambia, sea cual fuere el rival. Así jugaron ante los Al Blacks tanto como frente a los elencos más débiles del Grupo. Desde el minuto cero. Solo que, además, fueron efectivos. Si en el rugby de elite es una condición necesaria facturar cada vez que se cruza a campo rival, Argentina a los diez minutos ya había apoyado dos tries. Conquistas, además, que llegaron a pura velocidad por las puntas, la mejor manera de apreciar que la idea rinde sus frutos.
Esa ventaja inicial les permitió jugar con la desesperación de un rival que se encontró 17 puntos abajo en gran parte del partido, y ante la obligación de buscar el ingol argentino sin conformarse con ir a los palos. Y cuando Irlanda esbozó una reacción, más por ímpetu que por juego, lo frenó con otro golpe. El campeón europeo se puso a tiro de empate y casi lo iguala en 23, pero el penal de Ian Madigan se fue desviado. Entonces, como los grandes equipos, Los Pumas castigaron ese gesto de misericordia. A una fiera no se le perdona la vida. Lo que siguió fueron veinte puntos albicelestes para redondear la gran victoria.
2-Entregar la pelota y contragolpear
La estrategia principal del equipo de Hourcade en el Millennium consistió en poner pelotas arriba como nunca antes en el Mundial, a probar la destreza de los receptores irlandeses ypresionarlos rápidamente, para atacar con las pelotas más complicadas, las recuperadas. “Cada vez que recuperábamos la pelota, nos tackleaban de inmediato”, contó tras el partido el segunda línea irlandés Chris Henry. “No dejaban de lanzarse hacia nosotros. Nunca enfrentamos a un equipo que tacklee tan duro”.
Argentina fue una barrera en el centro de la cancha, con una descollante tarea de la dupla 12-13 y la tercera línea. Juan Martín Hernández (12) y Pablo Matera (11) fueron los que más tacklearon en un equipo que estuvo por encima del 80 por ciento de efectividad en ese aspecto defensivo –que, como dijimos, para estos Pumas no es otra cosa que el primer paso ofensivo.
Matera fue una de las máximas figuras del partido, no sólo en defensa sino especialmente como punta de lanza para romper la línea rival, siempre poniendo al equipo adelante y ganando varios metros. Un partido consagratorio del jugador del Leicester inglés.
3-La efectividad del 10
Y si de figuras se trata, por algo la organización eligió Man of the Match a Nicolás Sánchez. El tucumano está jugando un extraordinario Mundial, que lo tiene segundo en la tabla de goleadores y virtual máximo artillero, con dos partidos por delante. Su puntería a los palos no solo se traduce en el marcador, sino que repercute de manera positiva en el ánimo del equipo. Saber que hay un pateador confiable, que aportará tres puntos en cada penal generado y completará con 7 cada jugada de try, es un espaldarazo enorme. Los irlandeses lo sufrieron, sobre todo con Jonathan Sexton mirando desde la tribuna.
No hay milagro en esto. Hay una idea, un convencimiento y mucho, mucho trabajo para plasmarlo. Los Pumas ya no se consuelan con actuaciones dignas: ganan. Los Pumas no solo emocionan: gustan. Los Pumas no sólo sufren defendiendo: golean.