Los punguistas no descansan
Las bandas de punguistas atacan en unidades que recorren la Ciudad y el Conurbano bonaerense. Crecen las denuncias desde comienzo de año pero el accionar de los ladrones resulta incontrolable.
Camila es una joven estudiante de la UADE del barrio porteño de Monserrat que ayer concurrió a clases por la mañana y salió al mediodía rumbo a su casa en Avellaneda. Subió a un interno de la línea de colectivos 17 en el cruce de las avenidas Independencia y 9 de Julio.
Antes de llegar a Constitución le sacaron la billetera de su bolso, y recién se enteró del robo horas después y ya en su casa. El caso es apenas un ejemplo de los más de 2.000 hechos similares registrados cada día dentro de los colectivos en Capital Federal y Conurbano, con bandas de pungas que son incontrolables. Los episodios con pungas operando arriba de los colectivos metropolitanos vienen en pleno aumento desde comienzos de año, cuando los controles policiales se concentraron en las líneas de subterráneos, donde el problema con los robos estaba descontrolado y generaba quejas permanentes de los usuarios.
Así, los «especialistas» en hurtar pertenencias de los pasajeros aparentemente vienen emigrando a los colectivos.
Voceros de empresas de colectivos consultados, que calculan en más de 2.000 los hechos de hurtos con estas características cada jornada, contaron que «en la gran mayoría de los hechos ni siquiera se denuncia policialmente, porque a las víctimas les roban algunas pertenencias de poco valor, el dinero que llevan encima y alguna otra cosa, pero los choferes son receptores muchas veces de las quejas», precisando que «los delincuentes van rotando de líneas, para que no los reconozcan, la misma operatoria que tenían en los subtes».