Se terminó la ilusión de Los Pumas
El sueño mundial de Los Pumas chocó este domingo contra el poderío y la inteligencia de los Wallabies, uno de los mejores equipos del planeta, que pegó en los momentos justos para quedarse con el partido en Twickenham por 29 a 15 y meterse por cuarta vez en la final de la Copa del Mundo.
El séptimo partido para Argentina no será el soñado, el que dirime al ganador del trofeo William Webb Ellis. Jugará el viernes frente a Sudáfrica por el tercer puesto, un desafío que Los Pumas deben tomar como una final de bronce.
Australia, campeón del Mundo en 1991 y 1999, ambas en suelo británico, jugará el sábado la final frente a su clásico rival, Nueva Zelanda, en duelo de invictos, para determinar quién será el primer tricampeón de la historia.
El seleccionado argentino dejó todo en la cancha, fiel a su historia, y buscó desde el minuto inicial hasta el 72 imponer su estilo de ataque, ese que le ha dado una nueva identidad en este Mundial. Hasta que el tercer try personal de Adam Ashley-Cooper, el cuarto de los australianos, le dio el golpe definitivo al volver a estirar a diez puntos la ventaja, con menos de diez minutos por jugar.
Para ese entonces, Los Pumas parecían más bien una quincena de guerreros malheridos, empujados por el orgullo tras una verdadera batalla de Twickenham, que les costó sangre, sudor y lágrimas de bronca y decepción.
Y en esa batalla, que fue física, mental y estratégica, Argentina sucumbió ante Australia, que fue un equipo inteligente, cerebral y, sobre todo, efectivo.
Cuesta arriba se les hizo a Los Pumas su partido de semifinal ante Australia. Sufrieron en carne propia lo que habían gozado en el duelo anterior ante Irlanda: dos tries antes del cuarto de hora inicial. Una ventaja difícil de remontar en este nivel.
Los Wallabies salieron a presionar bien arriba sabiendo que la intención argentina sería jugar desde todos los sectores, y así Simmons interceptó un pase de Nico Sánchez para irse debajo de los palos antes de los dos minutos, en el try más rápido del Mundial. El apertura argentino descontó con un penal pero a los 11 Ashley-Cooper volvió a vulnerar el ingol albiceleste.
Las malas noticias siguieron llegando para los argentinos: a la tarjeta amarilla para Lavannini, que dejó al equipo en inferioridad numérica por diez minutos por ir a tacklear con los hombros, se agregaron las lesiones de Juan Imhoff y Agustín Creevy, dos bajas sensibles en el equipo, por tratarse del tryman y del capitán.
Y los Wallabies volvieron a castigar, apenas pasada la media hora, con otro try de Ashley-Cooper en la punta. La primera etapa se fue con un 19-9 en favor del campeón del Rugby Championship, un panorama desalentador para Los Pumas.
Pero el segundo tiempo no empezó mejor. Rápidamente Los Pumas se quedaron sin otro jugador clave, JUan Hernández, lastimado desde los primeros minutos del partido.
Con ímpetu y amor propio, Argentina dominó campo y pelota, pero sus excursiones al campo rival no se vieron compensadas con el esperado try.