Megajuicio: nuevos testimonios
Luego del receso judicial de invierno, continuaron las jornadas indagatorias con la declaración de Elba Beatriz Fernández, Nilo Lucas Torrejón y Daniel Paradiso como testigos y víctimas por delitos de lesa humanidad.
En el marco del IV juicio por delitos de lesa humanidad, desarrollado en Tribunales Federales de Mendoza, se reanudó, en la jornada de hoy, la audiencia Nº 29, considerada como una instancia testimonial. Luego, el Tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, martes 29 de julio a las 9, cuando se prevé las declaraciones de Orlando Flores, Vicente Antolín y Adriana Espínola.
El primer testimonio fue de Elba Beatriz Fernández, en la causa Rabanal, convocada para ampliar la declaración prestada anteriormente por su hermana, la abogada Haydeé Fernández. Elba relató las gestiones que realizó desde el momento de detención de Haydeé. Estas acciones involucran directamente al entonces fiscal Otilio Romano, ante quien se presentó en tres ocasiones.
“Romano me atendió formalmente y me dijo que no sabía dónde estaba, miró una lista y dijo que ellos no la tenían”, recordó Elba sobre aquel primer encuentro.
En una segunda oportunidad, regresó al Juzgado para presentar un habeas corpus que fue guardado, y donde le informaron que Haydeé había sido trasladada a la Penitenciaría. En tanto, La tercera vez, fue derivaba por el exjuez Romano al Comando Policial donde finalmente le comunican que su hermana había sido trasladada a Devoto. “Yo seguí los pasos de mi hermana, y la pude ver y contarle”, cerró la breve declaración de Elba.
A continuación, se dio lugar al testimonio de Nilo Lucas Torrejón, por cuya causa se encuentra acusado el exoficial penitenciario Oscar Alberto Bianchi. Además ofreció testimonio en calidad de testigo por la desaparición de Santiago Illa, entre otros casos.
Oriundo de San Rafael, relató su trabajo y militancia barrial en el Peronismo. Según contó, en el año 1975 comenzó a integrar la Tendencia Revolucionaria dentro de la Juventud Peronista. Por esta actividad, reconoció haber sido detenido en numerosos allanamientos realizados por “cuestiones políticas”.
Detenido el 26 de febrero de 1976, fue trasladado encapuchado a un pabellón del Ejército en San Rafael. Durante el operativo pudo reconocer a uno de los policías que participó en su detención, por ser además su vecino, Antonio Gallardo.
Torrejón, también pudo identificar a otros detenidos, entre los que mencionó a Fagetti, los hermanos Luis, Jorge y Carlos Verón, Ramón Rosales, Roberto Rosales, Orlando Flores. Todos, recordó el testigo, “fueron ubicados contra una pared, golpeados e interrogados por fuerzas del ejército y la policía”.
“El último día vino el Ejército, nos ataron y nos tiraron al piso del camión y salimos”, relató Torrejón quien posteriormente fue trasladado al Palacio Policial (D2). En ese lugar, escuchó que un oficial dijo: “Estos están en depósito a cargo del Ejército”.
Durante su cautiverio, reconoció la permanencia de otra persona detenida, a quien años más tarde pudo identificar como Adriana Espínola (esposa de Giani Sgroig). “Sentíamos que la traían a la rastra, que la violaban, la interrogaban y le pegaban mucho”, relató Nilo junto con el recuerdo de un momento en el que pudieron asistirla y constatar el estado en el que se encontraba.
Tras una semana en el D2, el grupo de detenidos sanrafaelinos fue trasladado por civiles el 16 de marzo a la Penitenciaria Provincial. A los cinco días fueron llevados al Pabellón 11 donde se endurece el régimen de visita, correspondencia, y vigilancia permanente al producirse el Golpe Militar.
A mediados del mes de Julio de 1976, Torrejón recordó un operativo comandado por personal militar en el cual los detenidos, bajo amenazas y golpes, eran obligados a gritar “que mueran los subversivos, y viva el Ejército Militar Argentino”.
Torrejón, recordó además a otros detenidos, como Di Benedetto y Ortiz, con quienes compartió cautiverio. Durante su cautiverio en la Penitenciaría fue llevado a la sala de torturas para ser interrogado; Allí pudo identificar a los exoficiales Bonafede, Linares y Bianchi.
Al proseguir con el relato, Torrejón rememoró un segundo traslado masivo ocurrido el 6 de diciembre del ’76. En esa ocasión, desde la Fuerza Aérea fue trasladado en un avión Hércules a La Plata. “Había una cadena con argollas en el piso, y unas 50 personas en ese trasladado; Nos golpeaban, nos pegaban, nos meaban… deseábamos que explotara el avión porque no sabíamos qué nos esperaba” expresó Torrejón.
El testigo aportó detalles sobre sus meses de cautiverio en La Plata donde continuaron los golpes, las torturas y los vejámenes. “A mi familia le decían que yo era peligroso para el país y que debía estar encerrado”, recordó y agregó que los pedidos realizados por su familia fueron negados sistemáticamente.
Tras dos meses en La Plata pasó a Caseros, luego a Coordinación Federal, y finalmente estuvo exiliado en Suecia, retornando al país en 1984.
Cerró su testimonio al decir: “Quiero agradecer al Tribunal, a los organismos de Derechos Humanos y al Gobierno Nacional por permitir que esto sea para mi vida, un antes y un después; y que por favor se haga Justicia”.
El tercer testimonio fue prestado por Paradiso, quien es la primera vez que declara en democracia. Militante de la Juventud Peronista, fue detenido junto a Pedro Coria, en el mes de junio de 1975 en el departamento de Las Heras por asociación ilícita. Fue puesto a intervención del exjuez Guzzo (apartado en la presente causa), absuelto y dejado a disposición del Poder Ejecutivo Nacional con libertad vigilada en febrero de 1983. Recién en agosto se efectiviza su libertad.
Durante sus años de cautiverio pasó por cuatro consejos de guerra. En todos fue absuelto. Pese a esto, por causa judicial enmarcada en falta a la Ley militar 20840, estuvo detenido en diferentes centros de detención, entre ellos la Seccional 16, Contraventores, Penales de Mendoza, La Plata, Caseros, Rawson, y Devoto.
Indagado por su paso en la Penitenciaría de Mendoza, el testigo declaró haber estado en esa dependencia en los años ‘75 y ’78. Allí compartió cautiverio con Martínez Agüero, Rabanal, Coria, Salinas, entre otros. De la misma manera aportó datos sobre las causas de Pablo Seydell, Reinaldo Puebla y Santiago Illa.
Durante su relato, recordó la histórica requisa del 76 dirigida por el ejército y en relación a los agentes penitenciarios implicados, pudo reconocer a Bianchi, Barrios, Quenan y Linares como los encargados de los pabellones.
Aseguró además que raramente estuvo frente a un funcionario judicial, ante lo cual los integrantes de la querella proporcionaron documentos y expedientes en donde figura entre otros datos relevantes, la intervención del exmagistrado, Luis Miret.
En relación a esto, Pablo Salinas, del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos, expuso al testigo el expediente donde figura su causa, en donde aparece un escrito con la palabra “subversivo”. Ante esto, el testigo afirmó acciones que evidencian la complicidad entre jueces y fuerzas armadas.