Milagro Sala muy dura
La afirmación, en los labios de Milagro Sala, cobra el peso de una advertencia: «Ninguno de nosotros está dispuesto a retroceder. Ninguno está dispuesto a retroceder en nada.» Es, sobre todo, una advertencia para los ajenos, pero también, llegado el caso, para los propios que derrapen en continuar con las políticas que impulsa Cristina Kirchner. «Si el gobierno que viene no es kirchnerista o si alguno que dice representar al kirchnerismo no cumple con lo acordado de garantizar que todo lo que viene se va a continuar, los compañeros no se van a quedar en la casa. Nadie se va a quedar en la casa», aclaró la dirigente de la organización barrial Tupac Amaru.
En su casa de San Salvador de Jujuy, sentada en una silla de ruedas –se recupera de una operación en su pie izquierdo– Sala criticó en diálogo con Tiempo Argentino la forma en la que se conduce la oposición –»tiene algo de inhumano, te golpea y te hiere hasta las vísceras»–; admitió la dificultad que supone, en especial para ella, acostumbrarse a los códigos de la política tradicional; y se refirió al fallo que recientemente benefició a Carlos Blaquier, del Ingenio Ledesma, en una causa por complicidad civil con la dictadura. «Lo de Blaquier –sostuvo la líder de la Tupac– fue una burla. Más allá de que la justicia haya dicho que lo absuelve, para nosotros está condenado. Ya el pueblo de Jujuy lo ha condenado, digan lo que digan.» Ese repudio se hizo se hizo sentir fuerte el 24 de Marzo pasado, cuando miles y miles de tupaqueros marcharon bajo la lluvia, en un nuevo aniversario del golpe de Estado.
–¿Cómo se sigue reclamando justicia tras la falta de mérito que obtuvo Blaquier?
–Hay que seguir trabajando, haciendo conciencia y apoyando a los organismos de Derechos Humanos, a los familiares, a los hijos de los compañeros desaparecidos y a los ex presos. Muchas veces hemos dicho que nos ponemos a su disposición, porque aprendimos mucho de ellos y estar a su lado nos dignifica. Esto de la justicia no nos sorprende. El Poder Judicial está dividido y los que absolvieron a Blaquier son los mismos que no quisieron llamar a indagatoria por Papel Prensa, los mismos que están acusando a Cristina. A nosotros nos golpeó muchísimo cómo la degradaban a Cristina. Y cuando querés responder, ya te dicen que sos violento, que hablás mal, te tratan de lo peor. Si hubiese sido por nosotros, salíamos a las calles ese mismo día del 18F, pero Cristina nos demostró que con tranquilidad, amor y paciencia se avanzó muchísimo. Y la verdad es que la oposición tiene algo de inhumano, te golpea y te hiere hasta las vísceras. Hacen política degradándote, haciéndote sentir que, perdón por la expresión, todos son una mierda y que ellos son los que te van a defender. O que todo lo que logramos no es nuestro, nos quieren hacer sentir que lo que tenemos no nos pertenece.
–Por estos días, el FPV define sus candidaturas presidenciales. Para la Tupac, ¿cómo debería ser ese candidato?
–Queremos que sea un kirchnerista fuerte, que siga con este camino de avanzar contra los que más tienen y beneficiar a los que menos tienen, que siga creciendo la clase media. Cristina y Néstor reinstalaron la clase media y necesitamos seguir avanzando, para que los compañeros continúen trabajando. Queremos que el candidato sea el que garantice lo que se viene haciendo. De las peleas de unos y otros no vamos a participar. Hemos recibido a todos los precandidatos del FPV: a Randazzo, Urribarri, Rossi…
–¿Y en ese paquete está Daniel Scioli o le genera alguna duda?
–No digo ni sí ni no, y no es que no me quiera jugar. Acá, en Jujuy, están trabajando 18 organizaciones sociales, con más de 15 mil compañeros cooperativistas, y después están los de salud, de educación. La Tupac representa el 30%, unos 5000 compañeros. Si el gobierno que viene no es kirchnerista o alguno que dice representar al kirchnerismo no cumple con lo acordado de garantizar que todo lo que viene se va a continuar, los compañeros no se van a quedar en la casa. Nadie se va a quedar en la casa.
–¿Qué opina de los acuerdos de la oposición, como el del PRO y la UCR?
–Estos tipos que quieren volver a gobernar son los que han destruido nuestro país. Las caritas acá en Jujuy las tenemos claras: Gerardo Morales era secretario de Desarrollo Social (NdR: de la Alianza, entre 2000 y 2001) y hoy dice que todo lo que se avanzó está mal. Sin querer, a Mauricio Macri se le escapó que si llega a presidente el cepo se cae. Ernesto Sanz, también, en una declaración poco humana, dijo que la Asignación Universal por Hijo es plata que las mamás utilizan para drogas. Se nota que estos tipos nunca han pisado el barro, que nunca han ido a una villa. Son los alcahuetes de las grandes empresas. A mí que no me vengan a decir que va a gobernar Macri. Si llega, él va a ser la figurita que haga de presidente, pero de atrás van a gobernar las corporaciones, las grandes empresas que sacaron la plata del país. ¿Que si falta? Claro que falta, pero el kirchnerismo trabajó para que las necesidades se empiecen a cubrir. Pero a estos tipos, sin querer, se les escapa y empiezan a decir qué van a hacer si llegan a ser gobierno: vamos a retroceder de nuevo, y creo que ninguno de nosotros está dispuesto a retroceder en nada.
–Antes, mencionó al senador radical Morales, que busca ser gobernador de Jujuy. Morales tiene un historial de enfrentamientos con la Tupac y con usted…
–Morales tendrá que sentarse a hablar con todos los sectores, va a tener que dejar de discriminar a las organizaciones sociales, respetar los avances que hizo el kichnerismo. En Jujuy las organizaciones sociales son muy fuertes, no sólo la Tupac. Ya están en la Cámara de Diputados, en los concejos deliberantes. Si Morales llega, no le va a ser fácil gobernar. Y no es una amenaza. Si no coincide con la política nacional y popular de Cristina, ¿cómo puede gobernar Jujuy? Hoy, cuando le ponen un micrófono, Morales no dice cómo va a gobernar la provincia, dice que Milagro Sala es violenta. ¿Ese es su programa de trabajo hacia Jujuy? Combatir a Milagro Sala no es un programa serio.
–Usted ocupa una de las cuatro bancas que la Tupac tiene en la Cámara de Diputados jujeña. ¿Ya se acostumbró a los códigos de ese nuevo entorno político?
–Nosotros entendimos que teníamos que armar un partido político, participar de elecciones, porque como organización social no nos bastaba. Cuando queríamos discutir un presupuesto, nos decían: «Sean candidatos, lleguen a la Legislatura y discutamos.» Hoy ya lo estamos discutiendo en la Legislatura, en los concejos deliberantes. Para mí no es fácil porque está la oposición y está el PJ…, y aun así hemos avanzado bastante. Si me preguntan a mí, a Milagro Sala, ¿te gusta estar en la Cámara? Tengo que ser sincera: no.
–¿Por qué? Como suele decirse, ¿tuvo que tragarse algún «sapo»?
–No sapos, rococos, como un sapo pero así de grande. Uno ahí se termina de dar cuenta de que la política es muy sucia. Por ejemplo, los radicales se sientan en la banca y me dicen de todo, pero después salimos y me preguntan: «¿Cómo andás, Negra?, ¿cómo está la familia?» Hasta de delincuente me trataron y afuera me saludan. «La política es así», te dicen ellos. Y nosotros no estamos acostumbrados a militar de esa manera. En la última sesión estaba a punto de presentar la renuncia, no quería saber nada, hasta me largué a llorar. Era el desgaste del año, de no bancarme más la falsedad que hay dentro de la Cámara. Pero los compañeros me convencieron, y tenían razón, de que no tengo que pensar que soy sólo yo, que había 50 mil personas que me habían votado, que habían confiado en mí, y que no podía joder con esas cosas, así que entré a la última sesión.
–¿Ya están definidas las candidaturas de la organización para las elecciones?
–Estamos viendo con el fellnerismo (NdR: el espacio que responde al gobernador peronista Eduardo Fellner), pero no tenemos nada definido. Antes que las candidaturas, estamos militando en todos los lugares. Nosotros hacemos las cosas al revés: antes de ser candidatos, construimos las casas del barrio de la Tupac y con la plata que nos quedaba levantamos las piletas, los polideportivos, los centros de salud, las escuelas. ¿Se imaginan, si llegamos a ser gobierno o podemos a avanzar más, las cosas que podemos hacer?
–Entonces, aún falta para que usted sea candidata a gobernadora…
–Todavía está un poquito medio verde, falta que madure. Hay que seguir trabajando.
El vínculo profundo con Bolivia
La relación entre la Tupac Amaru de Milagro Sala y la Bolivia de Evo Morales es profunda, no sólo en términos políticos, sino también en lo cultural, con la tradición del altiplano como elemento aglutinante. «La mayoría de los jujeños somos descendientes de los hermanos bolivianos. En mi caso, particularmente, mi abuela era boliviana y mi abuelo, español», relató Sala, para quien Morales «es un ejemplo a seguir». La diputada jujeña destacó que, «cuando llegó a su primer mandato, Evo recibió un país que no tenía industria, un país destrozado, donde la gente mayor de 30 años era analfabeta, pero sin embargo Evo hizo que el pueblo empiece a estudiar, a prepararse, comenzó a abrir fábricas, comenzó a dignificar al pueblo.»
La líder de la organización barrial también subrayó que el presidente boliviano «nunca se fue de las raíces, sigue con los hermanos de los pueblos originarios, sigue manteniendo sus ceremonias, que para nosotros son importantes». Esos rituales, presentes en el día a día de los tupaqueros, son claves en la relación con el país vecino.
«Por ahí, cuando uno se siente triste, se va a un cerro, se va al agua a tirar piedras y a escuchar el sonido del río, eso te tranquiliza, te da lugar a poder pensar mientras masticás una hojita de coca, te ayuda mucho. Esas cosas Evo las tiene muy presentes, nunca las olvidó», destacó Sala.