Niñas abusadas en el mundo
Así lo indica un informe difundido en las últimas horas por la ONU. El homicidio, la principal causa de muerte de jóvenes en América Latina.
Unos 120 millones de niñas en el mundo, casi una de cada diez, ha sido violada o víctima de abusos sexuales antes de cumplir 20 años, reveló un nuevo estudio de la ONU, que establece además que el homicidio es la principal causa de muerte de los jóvenes de América Latina. La agencia de defensa de los derechos de la infancia de la ONU, UNICEF, señaló en un estudio sobre violencia contra los niños alrededor del mundo que una quinta parte del total de víctimas de asesinatos son niños o adolescentes menores de 20 años.
En países latinoamericanos como Venezuela, Colombia, Panamá o Brasil, la principal causa de muerte en los jóvenes de entre 10 y 19 años es el homicidio, indica el informe, titulado «Ocultos a plena luz». Este es el mayor estudio realizado hasta ahora sobre violencia contra menores, e incluye datos de 190 países, según la agencia. «Estos son hechos incómodos que ningún gobierno o padre quiere ver», dijo el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. «Pero a no ser que nos enfrentemos a la realidad que representa cada irritante estadística (…) nunca cambiaremos la mentalidad de que la violencia contra los niños es normal y permisible. No es ninguna de las dos cosas».
Otros abusos registrados son el acoso, que regularmente afecta a más de uno de cada tres niños escolarizados de entre 13 y 15 años de todo el mundo. En lo que se refiere a la violencia para imponer disciplina, el estudio halló que alrededor del 17% de los jóvenes de 58 países eran objeto de duras formas de castigo físico entre las que se incluyen golpes en la cabeza, en los oídos o en la cara, o ser golpeados dura y repetidamente.
El informe de la ONU también aborda la mentalidad por la que, dice, se perpetúa y justifica tal violencia. UNICEF recomienda seis estrategias para evitar la violencia contra los niños, como «apoyar a los padres y proporcionar a los niños habilidades para la vida; cambiar actitudes; reforzar los sistemas y servicios judiciales, criminales y sociales; y generar ejemplos y conciencia sobre la violencia y sus costes humanos y socio-económicos, con el objetivo de cambiar actitudes y normas».