«No soñaba con volver a verlo»
Laura Carlotto, la mamá de Guido, fue secuestrada en un comercio en la Capital Federal. Estaba junto a su pareja, cuya historia era desconocida hasta ayer, cuando se conoció la noticia de la recuperación del nieto número 114. Entre las cosas que se sabían, era que los habían llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada y al poco tiempo, al centro clandestino de detención La Cacha, en La Plata, donde el joven fue torturado y asesinado frente a su compañera. Su novia sobrevivió un tiempo porque estaba embarazada. Laura falleció dos meses después de parir a su hijo.
En diálogo con radio Vorterix, Hortensia Ardura, la abuela paterna de Guido, brindó detalles hasta ahora desconocidos de la vida del papá de Guido. Su nombre era Walmir Oscar Montoya. Nació en la ciudad de Caleta Olivia y se hizo militante luego de prestar el servicio militar. «Le decían «puño». Fue un apodo que le puso mi mamá», relató la mujer de 90 años, que, emocionada, espera «cuanto antes poder abrazar a su nieto».
Claudia, hermana de Laura, contó que «con el equipo de investigación de la Conadi (Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad) hicieron un trabajo que tuvo que ver con la reconstrucción de los grupos militantes que venían del sur y llegaron a la conclusión de que probablemente el compañero de Laura era Oscar Montoya, de Caleta Olivia, que había escapado a La Plata».
Sin embargo, faltaba la prueba del ADN. A fines de 2006, los padres de Montoya, José y Hortensia dejaron una muestra de su sangre en el Banco Nacional de Datos Genéticos con la esperanza de que algún día apareciera ese nieto del que ni siquiera tenían certeza de su existencia. Este martes lo confirmaron.
«La conoció a Laura en Buenos Aires. Teníamos contacto pero no hablábamos con el mucho porque estábamos todos perseguidos», contó Hortensia. «Son historia historias tan largas que no quiero recordar. No sabía si iba a poder conocerlo. Es una historia muy larga y triste que hoy se colmó de alegría», dijo la abuela notoriamente emocionada.
Asimismo, contó que no mantuvo en todos estos años contacto con Estela de Carlotto y que «no sabe cuándo lo va a poder conocer». «No soñaba con poder verlo ni reconocerlo. Y ahora tengo un nieto nuevo que tengo que conocer. Hasta que él pueda reponerse a su historia, le va a costar. No sabe cómo agradezco a Dios todo esto. Es reparador para la Argentina, que sufrió con estos malditos militares», agregó.
«No tengo idea cómo sería el reencuentro. Tengo la seguridad que algún día nos vamos a reencontrar porque va a querer saber cómo fue la historia de su padre. Toda la familia está enloquecida con este nieto, que sabíamos que existía pero que no sabíamos dónde estaba. Va a poder saber quién era su padre y quién era su familia», finalizó.