Nuevo encuentro para tratar de destrabar el impuesto a los vinos
Entre los bodegueros cayó mal el faltazo. Tras la presentación de la reforma tributaria y la prevista suba del impuesto interno al vino, el sector buscaba hacer recapacitar al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , arquitecto de la iniciativa. Pero el funcionario, que tenía previsto participar ayer de una reunión con los bodegueros y gobernadores, no fue. El anfitrión fue el ministro de Producción, Francisco Cabrera .
«Todo pasa a cuarto intermedio. Sólo tomaron nota», contaron a La Nación en una de las principales bodegas. Entre los participantes del encuentro explicaban además que era muy difícil hacer recular al Gobierno sin generar las protestas de los productores de cerveza, champagne, whisky, coñac y gaseosas con azúcar.
«El vino es una industria, pero tiene una base agrícola muy fuerte», dijo. «La comparación ha sido muy mala y no tenemos las mismas características que los demás. La cerveza tiene dos dueños y no exporta. Las gaseosas, también. El vino son 800 bodegas», analizó el mandatario. Rescató además que el vino «no es una bebida insalubre».
En la Casa Rosada también estuvieron el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y representantes del sector vitivinícola, entre ellos, Bodegas Argentinas, Unión Vitivinícola Argentina, Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, Federación de Cámaras Vitícolas, Corporación Vitivinícola Argentina, Fondo Vitivinícola de Mendoza, Asociación de Viñateros de Mendoza y Viñateros y Bodegueros Este.
Por el mismo reclamo, Pablo Fazio, presidente de la Cámara de Cervezas Artesanales, se reunió ayer con el secretario pyme, Mariano Mayer. «Somos moderadamente optimistas», dijo a La Nación. «Hay cosas que aún son una quimera, como Ingresos Brutos u otras ventajas que ya tenemos por la ley pyme, que garantiza estabilidad fiscal», señaló. Advirtió que si beneficiaran al vino y no a la cerveza, podrían presentar un amparo. «Mayer fue receptivo, pero no puede comprometer un resultado», cerró.