Obama en Alemania
OBAMA LLEGÓ ESTE DOMINGO A HANNOVER PARA UNA VISITA OFICIAL DE DOS DÍAS, CON EL PROPÓSITO DE DISCUTIR, PRIMERO CON ANGELA MERKEL Y LUEGO CON LOS LÍDERES DE LAS PRINCIPALES POTENCIAS ECONÓMICAS EUROPEAS, LA FIRMA INMINENTE DE UN TRATADO DE LIBRE COMERCIO.
Tras aterrizar, Obama se trasladó al palacio de Herrenhausen, en Hannover, donde lo esperaba Merkel, para mantener una primera reunión bilateral sobre el tratado de libre comercio conocido como Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), que planean firmar Estados Unidos y la Unión Europea (UE), según la agencia EFE.
El acuerdo es respaldado por las principales economías de Europa, pero genera rechazo entre la izquierda de los países del bloque regional y, cada vez más, entre sectores centristas.
El apoyo social al TTIP en Alemania -una economía muy volcada al sector exterior- cayó de forma notable en los últimos años, según una encuesta difundida hace unos días por la fundación Bertelsmann.
El sondeo sostiene que el 33% de los alemanes no desea el TTIP, mientras que el 17% cree que es algo positivo para el país. Hace dos años, el apoyo al acuerdo era del 55% y el rechazo ascendía a 25%.
Por eso, ayer más 35.000 personas respondieron al llamado de partidos políticos, sindicatos, grupos ecologistas y organizaciones humanitarias, y salieron a las calles de Hannover para repudiar la firma del TTIP.
Tras la reunión de hoy, Merkel y Obama hablaron en una conferencia de prensa.
«No anticipo que podamos completar la ratificación (del TTIP) para fin de año. Pero sí anticipo que tengamos el acuerdo cerrado», aseguró el mandatario estadounidense, quien calificó a Merkel como su «socia y amiga».
«Coincidimos en que debemos seguir avanzando con el TTIP», agregó.
En referencia a las protestas de ayer, sostuvo que, pese a que la globalización «descolocó» a mucha gente, el comercio exterior trae «beneficios» a la población y que los tratados comerciales, «indiscutiblemente», «fortalecieron» las economías de Estados Unidos y Alemania e hicieron «más competitivas» a sus empresas.
A su lado, la canciller alemana celebró que Obama «apoye este proceso en los próximos meses».
«Deberíamos darnos prisa», acotó en un mensaje dirigido a sus socios europeos y en una evidente referencia a los cambios que podrían suceder en Estados Unidos luego de las elecciones presidenciales de noviembre próximo ya que los dos candidatos opositores aún no se han definido sobre el TTIP.
«El tiempo no está de nuestra parte», coincidió Obama, quien además sabe que en el próximo año los franceses y alemanes también elegirán a sus gobiernos.
Obama también aprovechó la conferencia de prensa para referirse a la situación de los refugiados en Europa y a los principales conflictos del mundo.
Elogió a su anfitriona por estar «en el lado correcto de la historia» y mostrar «preocupación» por la llegada de más de 1,2 millones de refugiados de Medio Oriente y África a Europa.
Merkel fue una de las principales detractoras de los países europeos que levantaron muros y cerraron sus fronteras para frenar el avance de los refugiados; sin embargo, fue la principal impulsora dentro del bloque de sellar un acuerdo con Turquía para blindar las fronteras externas del continente y deportar a los demandantes de asilo a ese país musulmán.
Obama también prometió que el G7, el foro que reúne a los países más ricos del mundo, discutirá en su próxima reunión en Japón la situación en Irak -el país que junto con Siria enfrenta el mayor avance de la milicia extremista Estado Islámico- y analizará un posible paquete de ayuda financiera.
En cuanto a Siria, en cambio, rechazó la posibilidad de crear una zona de seguridad en el norte del país -como piden sus socios en la oposición armada siria- por razones «prácticas». Aunque lo no dijo, esas razones son la presencia de Rusia y de un heterogéneo frente de milicias insurgentes en esa región, lo que imposibilita cualquier acción militar consensuada.
El presidente estadounidense también se refirió a Rusia y al enfrentamiento que mantiene con las principales potencias occidentales por el conflicto separatista en el este de Ucrania.
Obama reiteró que sólo suspenderán las sanciones impuestas contra Moscú, cuando se cumplan todos los compromisos de paz acordados en Minsk, la capital bielorrusa. Tanto Washington como la UE sostienen que los separatistas pro rusos se niegan a desmovilizarse y entregar las armas porque el Kremlin sigue apoyándolos.
Terminada la conferencia, partieron hacía el predio de ferias de la ciudad para participar de la inauguración de la Hannover Messe, la mayor feria industrial del mundo, que mañana abrirá sus puertas al público, con Estados Unidos como país invitado.
Durante esa visita, los dos líderes evitarán el puesto de Volkswagen, una tradicional parada obligada. La decisión, según informó hoy la agencia DPA, se debe a que la mayor automotriz de Europa enfrenta un escándalo por la manipulación de emisiones en sus coches, un delito descubierto el año pasado precisamente en Estados Unidos.
Sin embargo, a la noche, Obama y Merkel sí compartirán la cena que el gobierno alemán organizó en el castillo de Herrenhausen para el mandatario estadounidense y los principales empresarios germanos.
El segundo y último día de la visita oficial de Obama a Alemania estará centrado en la cumbre informal que mantendrá, en el mismo castillo, con Merkel y el presidente de Francia, Francois Hollande, y los primer ministros de Reino Unido, David Cameron, y Italia, Matteo Renzi.
En esa mesa, las principales economías de la UE y Estados Unidos intentarán sellar los últimos detalles para concretar la firma del TTIP y también discutirán otros temas prioritarios de la agencia internacional, como la guerra en Siria, la crisis mundial de refugiados, la llamada lucha contra el terrorismo, el conflicto separatista en Ucrania y la relación de las potencias occidentales con Rusia.
Una vez terminado el encuentro multilateral, Obama pondrá fin a su gira por Arabia Saudita y Europa, y regresará a Washington.