Ocho años sin aparecer
Aunque hubo una condena judicial en el medio, el octavo aniversario de la desaparición de la docente Ángela Beatriz Argañaraz encuentra a sus familiares envueltos en la incertidumbre por desconocer qué ocurrió realmente con ella. Para recordarla, harán celebrar una misa hoy a las 20.00 en la Iglesia Corazón de María.
El 31 de julio de 2006, la maestra salió de su domicilio de El Manantial hacia el colegio Padre Roque Correa, donde trabajaba hace varios años. Ese lunes tenía una motivación especial para hacer ese trayecto: iba a hacerse cargo de la dirección de la institución. Pero «Betty» nunca llegó a su destino.
Sus últimos pasos fueron materia de investigación, que dieron como sospechosas a su compañera de trabajo Susana del Valle Acosta (quien se desempeñaba como secretaria del establecimiento) y Nélida Fernández.
De acuerdo a lo establecido por la Justicia, antes de llegar al colegio Padre Roque, Argañaraz se dirigió al departamento de estas ex novicias, ubicada en calle Catamarca primera cuadra. Ese fue el último lugar donde estuvo antes de desaparecer.
Investigaciones posteriores indicaron que en el lavadero y los marcos de puertas del inmueble y en una dependencia del edificio se hallaron microscópicas manchas de sangre, descubiertas a través del reactivo «luminol».