Patricio Rey vuelve a brillar
En la edición 2014 del festival Cosquín Rock, se exhibió la película El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, un trabajo que prometía incluir imágenes inéditas como los archivos de Guillermo Beilinson, el legendario hermano de Skay, que en los años ’70 realizaba filmaciones de shows del grupo y mediometrajes con guión del Indio Solari.
Según consignó Tiempo Argentino, lo que ahí vio la luz fue un material histórico invaluable, sumamente atractivo y seguramente fascinante para los cientos de miles de ricoteros de tres generaciones de fans. Nada menos que la historia de la banda, arrancando en el final de los años ’60 y llegando hasta la edición de su primer disco, Gulp!
Los realizadores, sin embargo, en vez de armar un gran estreno en salas de cine, decidieron hacer honor al espíritu federal (y hippie) del conjunto, que en los años ’70 tocó en vivo en La Plata y Salta antes de desembarcar en Capital. Por eso, durante varios meses estuvieron de gira por todo el rocanrol del país, con escalas en cines, centros culturales, teatros y bares de Córdoba, Villa María, Rafaela, Venado Tuerto, Paraná, Santa Fe, Gualeguaychú, Firmat y Rosario. Recién ahora, con proyecciones puntuales programadas para los próximos tres meses, el film llegará al Teatro Margarita Xirgu, en pleno San Telmo.
También emulando al nombre de fantasía del enigmático líder de Los Redonditos de Ricota, los directores de este documental prefirieron esconderse detrás del título genérico de «Comando Luddista», y en la charla se presentan con seudónimos: Walter Blanco, Hidroman, el Capitán Balurdo y Miguel Funes. Por supuesto, piden que no les saquen fotos.
–¿Por qué dan su película de esta manera tan particular?
–Para nosotros es muy importante el lugar y las condiciones en que se exhibe la película porque tiene que ver con el espíritu con el que se hacen las cosas. Creemos que está bueno que el lugar esté acorde a cómo hicimos la película y cómo la fuimos exhibiendo hasta ahora. Nosotros, por ejemplo, siempre la acompañamos y viajamos con la película a las ciudades donde se vio, y hasta ahora fueron experiencias muy gratificantes.
–Al igual que Los Redondos, el poder de convocatoria lo permitía.
–Sí. Nos parecía que el tema y el modo permitían hacer esto. Estrenarla en Córdoba y mostrarla por todo el interior del país durante un año, antes de desembarcar en Buenos Aires. ¡Y siendo nosotros porteños, eh! Los Redondos es un tema federal y estaba bueno pensar en una lógica distinta en la circulación de bienes culturales. Cuando una película se estrena, en general dura el tiempo que está en cartel, y después se deja de ver. Nosotros, en cambio, en la página web de la película hay una sección especial para pedir una exhibición y ahí nos han hecho propuestas concretas. En Rafaela, por ejemplo, la exhibición la organizaron unos fans ricoteros.
–El estreno en Capital es en un teatro muy vinculado a la historia de Los Redondos. ¿Lo buscaron especialmente?
–Lo buscamos y se dio. El plan fue buscar un lugar que representara esta época que narramos en el documental. Fuimos a golpear la puerta al teatro, que ahora maneja la Universidad 3 de Febrero, y por suerte todo se armó bien. De la misma manera, programamos que se vea los sábados en Capital y al día siguiente en La Plata porque eran las dos ciudades más fuertes que narra el documental.
–¿Cómo accedieron a las legendarias cintas con filmaciones de Guillermo Beilinson?
–Todo se fue dando. Nosotros cuatro somos amigos hace muchísimo tiempo. Nos une la amistad y un profundo cariño que excede la película, y que en un punto también fue el motor para que estuviéramos tanto tiempo haciéndola, porque disfrutamos de cada paso y la hicimos al tiempo que pudimos y de la manera que pudimos. Nosotros arrancamos con el proyecto desde las ganas de ver una película así, y no había ninguna, así que la primera idea fue hacer un documental sobre Los Redondos. Como además estamos vinculados al cine y la comunicación, dijimos «¡Bueno, hagámosla nosotros!» No teníamos nada más que las ganas y algunos nombres de personas por donde empezar a hacer las entrevistas. Hicimos un montón de entrevistas y fuimos descubriendo personajes que muchos nombraron, e íbamos a buscarlos. ¡Fue como un policial negro, rastreando gente! (risas).
–¿Y Guillermo?
–En un momento, todo indicaba que había que hablar con él, por todo lo que significó y motorizó al grupo, porque generaba situaciones y hacía que las cosas sucedieran. Habíamos intentado dar con él y no habíamos podido ubicarlo, pero de pronto un día estábamos desgrabando unos reportajes a Rocambole y Fenton, y ¡justo los dos entrevistados lo mencionaron al mismo instante! Nos miramos y decidimos llamarlo ahí mismo. Le dijimos que estábamos haciendo un documental y sabíamos de la existencia de sus filmaciones, y que nos gustaría entrevistarlo. En ese momento nos dijo que no quería dar entrevistas, pero que las películas las tenía y que al volver de un viaje nos mostraría el material. Esperamos un mes y medio, fuimos a verlo a su casa y nos dio unos VHS viejos.
–Pero la película tiene material de calidad fílmica.
–Esos VHS se veían bastante mal porque se ve que tuvieron cientos de pasadas, pero al menos ahí pudimos confirmar que ese material existía, por ejemplo el viaje a Salta. ¡Piel de gallina cuando lo vimos! Seguimos viéndolo cada tanto, y quedamos en mostrarle un corte de la película, cuando eran sólo entrevistas sin material de archivo. En ese momento, él consideró que había algunas cuestiones que no estaban bien narradas por otra gente, y le pareció que era importante dar su testimonio, «en honor a la verdad», dijo. A la semana hicimos esa entrevista maravillosa, que se convirtió en el eje de la película, y luego nos llevó a un cuartito en el fondo de la casa, y sacó una caja llena de latas de Super-8, en estado impecable. Había filmaciones de shows y hasta la película de ciencia ficción que hizo en La Plata con el Indio y todo un grupo de gente.
–¿Cuándo fue eso?
–Eso fue hace unos cinco años. Pero sabíamos que la película tenía que estar sustentada no sólo por el material de archivo sino también por una buena investigación periodística. Así que seguimos haciendo entrevistas y armando nuevos cortes de la película.
–Resulta impresionante ver en imágenes el famoso viaje a Salta.
–Lo de Salta es increíble. Y están los audios de consola también. ¡Nos dieron material del primer ensayo y el primer recital! También hubo que hacer toda una investigación para encontrar las máquinas para reproducirlo y hacer el traspaso a digital. Y además de Guillermo, muchos nos acercaron cosas, por ejemplo Bernardo Rubaja, que nos dio una caja llena de cintas. Como dato insólito, ahí descubrimos un riff que toca Skay en un ensayo, ¡y es el inicio del tema «El gourmet del infierno», de su segundo disco solista, de 2004.
–En qué momento decidieron que el documental culminaria con la presentación de Gulp! en vivo?
–Fue decantando solo. Ese es el momento en que ellos llegan, después de un montón de años, a editar un disco por su cuenta y en las condiciones que ellos querían. Era natural cerrar ahí. De algún modo, esa modalidad de trabajo de Los Redondos fue un ejemplo para nosotros. También tiene que ver que esa parte es la menos conocida de su historia. Vimos que era importante empezar a fines de los años ’60, porque ahí es donde se sientan las bases del fundamento idológico, y después se arma el conjunto multiartístico que decanta en un proyecto musical que después decanta en una banda de rock. Para nosotros, lo importante era estar conformes y que el corte final nos dejara orgullosos de mostrarla. Que nos generara placer el hecho de haber terminado esa obra, y no querer sacárnosla de encima.
La gira mágica
El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se podrá ver en Capital los sábados 11 y 25 de abril, el sábado 16 de mayo y el sábado 20 de junio, en el Teatro Margarita Xirgu (Chacabuco 875), a las 23 hs.
Durante estos meses, la gira seguirá en otras ciudades: en La Plata los domingos 12 y 26 de abril en el pasaje Dardo Rocha (50 entre 6 y 7). En Mar del Plata, el sábado 18 de abril en la sala Payró del Auditorium (Boulevard Maritimo 2280). Y en Posadas el sábado 9 de mayo en el Club Sarmiento (Ángel Acuña y Moritan S/N).
Según los directores del documental, en total hicieron más de 50 entrevistas y hay más de 120 horas de reportajes. Enseguida agregan: «Sorprendentemente, en un punto damos con ese archivo de Guillermo Beilinson de la misma manera en que cada entrevistado nos dio una foto, un volantito o un afiche. Todo eso conforma la imagen que hay en el documental, y está avalado por el hecho de haber entrevistado a un montón de personas previamente. Todos los que nos prestaron material, lo digitalizamos y lo devolvimos en tiempo y forma. Así se fueron formando esas joyas patricias. Todo está sustentado por la investigación y el trabajo a pulmón, porque queríamos y teníamos ganas. No nos movía ningún otro interés. No fue algo económico, sino hecho desde el cariño y el amor por la banda.»
Para terminar, aclaran que «un comando es un grupo de personas que se junta para hacer una tarea, y la tarea del Comando Luddista era este documental de Los Redondos. También es importante saber que el comando vive con placer una enfermedad llamada ricotitis aguda, que es una mezcla de placer y dolor.»
Unos pocos peligros sensatos
A lo largo de la producción de El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, los cuatro realizadores fueron armando algunas escenas que luego desecharon, mientras que otras fueron guardadas para una eventual segunda parte.
«Tenemos todo un pedazo precioso armado –recuerdan– sobre el show que dieron en el Club Excursionistas para el festival Pan Caliente. Teníamos un relato impecable, pero no conseguimos ninguna imagen. Hubo otras cosas que no pusimos porque había opiniones muy contradictorias de fuentes muy valederas, como el origen del nombre.»
–Antes de arrancar, ¿les pidieron permiso al Indio y Skay?
–No. Arrancamos, directamente. Pero después de un par de años, cuando ya estaba más avanzado, le acercamos una copia de cada uno, con los cortes del material, a medida que iba progresando la película. A su manera, cada uno se excusó de participar, pero sabemos que respetan el trabajo porque se nota que es un esfuerzo de años. Y, sinceramente, tampoco teníamos muchas expectativas.