Por el control de la diabetes
El desayuno sano ayuda a mantener el peso corporal dentro de parámetros saludables y, en personas con diabetes, contribuye a controlar sus niveles de azúcar (glucosa) en sangre. El valor del desayuno en el tratamiento de esta enfermedad ha llevado a que este año el lema del Día Mundial de las Diabetes sea “Una alimentación saludable comienza con el desayuno”. El objetivo de este día que la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés) celebra todos los 14 de noviembre será crear conciencia acerca de la importancia de una alimentación saludable como forma de prevenir la diabetes tipo 2 y sus complicaciones, haciendo especial hincapié en los beneficios que reporta comenzar el día con un sano desayuno.
No desayunar, por el contrario, conspira contra el control de los niveles de azúcar en sangre que caracterizan a esta enfermedad. Un estudio realizado en Chicago, Estados Unidos, que comparó distintos parámetros asociados al control de la diabetes tipo 2, halló que los pacientes que no desayunaban tenían un control más pobre de sus niveles de glucosa en sangre que quienes sí desayunaban. No sólo tenían un índice de masa corporal más alto, sino que presentaban niveles más altos de hemoglobina glucosilada, indicador de los valores de glucosa en los tres últimos meses.
Otro estudio que cuantificó el impacto negativo de no desayunar, reveló que los pacientes con diabetes tipo 2 que no desayunan cuatro o más días a la semana presentaban niveles de glucosa en ayunas 2.8 veces más elevados que los que sí lo hacen. Del mismo modo, el riesgo de tener un pobre control de esos niveles de azúcar en sangre eran 3.9 más altos entre quienes se salteaban la última comida del día.
Desayunar es especialmente importante para las personas con diabetes que se encuentran en tratamiento con insulina, ya que estar en ayunas incrementa el riesgo de sufrir un episodio de hipoglucemia, una de las complicaciones más frecuentes que experimentan las personas con diabetes en tratamiento con insulina, aunque también puede presentarse en quienes reciben antidiabéticos orales. Definida como un nivel de glucosa en sangre inferior a 70mg/dl, la hipoglucemia es una condición peligrosa, no sólo porque en casos extremos puede ser fatal, sino porque la persona que la padece puede perder el control de sí misma durante un episodio de hipoglucemia y sufrir serias consecuencias como accidentes o caídas. Por otra parte, además de aumentar el riesgo de accidentes, la pérdida del conocimiento y convulsiones causadas por eventos repetidos de hipoglucemia pueden provocar daño cerebral. Entre los síntomas más frecuentes de este trastorno se incluyen: temblores, mareos, nerviosismo, hambre, dolor de cabeza, cambios de humor, confusión, falta de coordinación y desmayo. Durante la noche, la hipoglucemia puede manifestarse, además, en forma de pesadillas o excesiva sudoración.