Procedimientos contra el «clan Alé» en Tucumán

Seis personas fueron detenidas tras unos 45 allanamientos simultáneos realizados en la provincia de Tucumán, acusadas de integrar una banda dedicada al lavado de dinero proveniente del narcotráfico y la trata de personas, en una investigación supervisada por el secretario de Seguridad, Sergio Berni.

Las detenciones fueron realizadas por unos 300 agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a pedido del Juzgado Federal Nº 2 de Tucumán, y los investigadores judiciales aseguraron que, entre los detenidos, está Adolfo Ángel «El Mono» Alé, hermano de Rubén «La Chancha» Alé, actualmente con prisión preventiva en el marco de esta causa y quien estuvo imputado y juzgado por el secuestro y la desaparición de Marita Verón.

Los operativos estuvieron encabezados por el fiscal federal tucumano, Carlos Brito, y el fiscal general a cargo de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), Carlos Gonella, y se sospecha que el monto de los bienes involucrados en el lavado por la banda superaría los 6.300.000 pesos.

En el marco de esta causa, el juez federal Nº 2 de Tucumán, Fernando Poviña, procesó en diciembre pasado con prisión preventiva a Rubén «La Chancha» Alé, a Jesús Rivero, Fabián González, Víctor Suarez y Roberto Dilascio por considerarlos responsables del delito de lavado de activos y asociación ilícita.

Se trata de una causa impulsada por Susana Trimarco, madre de Marita Verón, y por la Unidad de Información Financiera (UIF).

Fuentes de la investigación aseguraron que desde la madrugada del viernes se realizaron unos 45 allanamientos en la provincia de Tucumán, entre ellos los domicilios de varios de los integrantes del «Clan Alé», como se lo denomina públicamente al grupo familiar de los Alé.

Según los pesquisas, se allanaron las casas de ambos hermanos Alé y en los dos domicilios se hallaron armas y documentación de importancia para la investigación.

Además, se realizó un allanamiento en la sede de la empresa «Point Limits SRL», perteneciente a Adolfo Alé, dedicada a la explotación de casinos con máquinas tragamonedas, «una actividad que funcionaría como una pantalla para lavar dinero obtenido ilícitamente».

Los investigadores judiciales dijeron que, según las escuchas telefónicas realizadas en la investigación, los otros detenidos en las últimas horas se dedicarían a la cobranza de deudas para la banda mediante métodos extorsivos, y a la compra y venta de estupefacientes.

En sustento de ello revelaron que en una de las viviendas allanadas se hallaron instrumentos y restos del proceso de producción y fraccionamiento de cocaína, que hicieron suponer a los investigadores de la PSA y a los miembros de la Procelac que se utilizaban para el fraccionamiento de la droga y su posterior comercialización.

Los detenidos quedaron alojados en dependencias de la PSA a disposición del juez Poviña.