Qué países analizan aplicar solo una dosis y porqué
Frente a la escasez de vacunas, y con nuevos estudios científicos, varios gobiernos estudian inmunizar a más población con solo una dosis.
A partir de nueva evidencia científica sobre el coronavirus, y ante la escasez de vacunas, distintos gobiernos del mundo analizan la posibilidad de aplicar una sola dosis de las vacunas contra el Covid-19, con el objetivo de inmunizar a una mayor cantidad de población en menor tiempo.
En Argentina, el debate lo planteó la actual ministra de Salud Carla Vizzotti en enero, y hoy se vuelve a estudiar debido a la cercanía de una posible segunda ola de contagios. Pero, ¿cuáles son los países que estudian la alternativa?
En febrero, dos expertos canadienses analizaron los datos aportados por Pfizer a la FDA, la entidad reguladora de medicamentos de Estados Unidos. A partir de su evaluación, advirtieron de que no se puede establecer la duración de la protección con una sola dosis, pero dijeron que la administración de la segunda dosis un mes después de la primera proporcionó «poco beneficio adicional a corto plazo».
No obstante, la empresa farmacéutica salió a responder, y dijo: «En Pfizer creemos que es fundamental que las autoridades sanitarias controlen los programas de dosificación alternativos implementados para garantizar que las vacunas brinden la máxima protección posible».
Por ello, la FDA estableció un intervalo de 21 días entre las dos dosis de la vacuna de Pfizer; mientras que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) desaconseja retrasar la aplicación de la segunda dosis más allá de 42 de días de aplicada la primera.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado en Escocia demostró que se redujeron las hospitalizaciones por casos de coronavirus entre un 85% y un 94%, cuatro semanas después de la primera dosis. Y concluyó que las vacunas utilizadas de Pzifer y AstraZeneca, redujeron los casos de infecciones graves con solo la primer dosis. El estudio fue realizado por científicos de cinco universidades escocesas y publicado por la Dirección General de Salud Pública, aún antes de su revisión, debido a la relevancia del hallazgo.
«Para toda la población escocesa, los resultados mostraron un efecto sustancial en la reducción del riesgo de hospitalización con una sola dosis de la vacuna», dijo a la prensa Jim McMenamin, Director Nacional de Incidentes de Covid-19 en la Dirección General de Salud Pública.
A su vez, la autoridad regulatoria del Reino Unido amplió el intervalo de aplicación, al permitir la administración de la segundad dosis de la vacuna de AstraZeneca hasta un máximo de 12 semanas respecto de la primera.
Mientras que un estudio realizado en Israel, uno de los países que más personas inmunizó respecto a su población, indicó que las personas que se contagiaron Covid-19 luego de 12 días de haberse aplicado la primera dosis de la vacuna, han tenido una carga viral sustancialmente más baja que los infectados no vacunados. Y un segundo estudio demostró que la aplicación de una sola dosis redujo en hasta un 75% el número de infectados.
Estas nuevas evidencias conocidas en los últimos dos meses, promueven a los gobiernos a analizar la aplicación de solo una dosis de las vacunas y diferir la aplicación de la segunda, sobre todo frente al incremento de contagios en varias partes del mundo y la escasez del insumo.
Por su caso, Francia estudia la aplicación de una sola dosis para aquellas personas que ya habían contraído coronavirus. Según la Alta Autoridad de Salud francesa (HAS), las personas afectadas con Covid-19 «desarrollaron una memoria inmunológica tras la infección» y «la dosis única de la vacuna desempeñará así un papel recordatorio». Pero hasta ahora, la premisa de la HAS aún no recibió el aval del gobierno.
Si bien cada vez aparecen más informaciones que avalarían la idea de una sola aplicación, muchos científicos del mundo se mostraron en contra de la misma al creer que aún no existe la evidencia científica necesaria para avalar dicha disposición. Explican, por ejemplo, que el estudio israelí sobre la menor carga viral no es extrapolable al resto de la población, en tanto que estudiaron los trabajadores de un hospital. O bien que el estudio canadiense no es determinante.
«Es un tema abierto. Hay evidencias a favor y en contra de cada decisión. Hay países que están haciendo una u otra cosa”, resumió hoy el ministro de Salud porteño, Fernán Quiróz.
Al igual que en este primer largo año de pandemia, las autoridades sanitarias deberán tomar decisiones sobre terreno fangoso.