Ricky Martin: 80.000 personas en el show a beneficio

La ciudad del Rock recibió ayer al ídolo del pop, que cantó junto a artistas argentinos; todos los fondos se destinarán a ONG para la infancia.

Llegaban en grupos de amigas y familias. Llegaban pintadas desde el cuello hasta las rodillas con la palabra Ricky y un corazón dibujado. Algunas, las que habían comprado entradas VIP, estaban bien vestidas y con tacos para sacarse una foto con su ídolo.

Que éste iba a ser un día muy importante ya había quedado claro hace más de tres semanas, cuando en nueve horas se agotaron 60.000 entradas para ver a Ricky Martin. Se conseguían a cambio de pañales descartables y botellas plásticas. Lo recaudado se emplearía a beneficio de 8000 niños atendidos diariamente por 53 centros de la primera infancia de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de un programa de asistencia integral de la niñez creado por el gobierno de la ciudad en 2008 con el fin de garantizar el crecimiento saludable de chicos de 45 días a 4 años de edad en situación de vulnerabilidad social. Lograron juntar 9000 paquetes de pañales y 105.000 botellas plásticas de material reciclable.

Algunas entradas se repartían en clubes de fans a cambio de los alimentos para el comedor de Margarita Barrientos, Los Piletones. «Recibimos 1500 toneladas de comida, es decir 4400 platos», comentó a LA NACION Racu Sandoval, de la organización Mundo Invisible, que organizó el intercambio de entradas por alimentos.

El comedor Los Piletones, que anteayer cumplió 18 años, atiende a 1800 personas por día, entre ellas niños, madres y abuelas.

El resto de los fondos, recibidos mediante los pases VIP especiales, será a beneficio de la Fundación Ricky Martin, la organización creada para defender los derechos de los niños en todo el mundo y luchar contra la trata infantil. Hace dos meses, el 25 de agosto, la fundación inauguró el Centro Tau en Loiza, Puerto Rico, cuyo rol es ser una plataforma de acción social contra la opresión de la niñez.

GRAN FIESTA

Desde las 15, la Ciudad del Rock empezó a recibir a los artistas argentinos que se sumaron al concierto. Banda de Turistas, Elena Roger, Isabel de Sebastián, Fabián Muck y Lali Espósito fueron algunos de ellos y los recibieron con la misma calidez.

A pesar del calor, que sólo empezó a descender minutos antes de la aparición de la figura central del recital, el espacio se llenó muy rápido y muy temprano. Decenas de autos estacionados cientos de metros fuera del parque impresionaban a los vecinos, que observaban a las adolescentes y las mujeres grandes que llevaban la misma sonrisa a la espera del reencuentro con su ídolo. Las que habían podido comprarse la entrada VIP se arreglaban en el trailer del gobierno de la ciudad.

«Ya estamos acostumbradas a este ritmo», contó a LA NACION un grupo de fanáticas, sentadas en la misma mesa. Cada una había pagado 6300 pesos para poder ver de cerca a Ricky Martin, una posibilidad no garantizada. Por eso, algunas fueron a recibirlo en el aeropuerto y vigilaron en la puerta de su hotel. Contentas porque el cantante salió a saludarlas dos veces anteayer, ahora estaban esperando el momento más importante de todo el mes: «Come with me», la canción con que Ricky abriría el show.

Por eso no notaron la presencia en el mismo trailer de los funcionarios del gobierno de la ciudad, que fue uno de los organizadores del evento, junto con Coca-Cola. Hernán Lombardi, ministro de Cultura, explicó a LA NACION: «Cuando la cultura se impregna de solidaridad, tiene un doble valor. Es una inteligente alianza entre un gran artista, como Ricky Martin, y la Ciudad».

«Además, es una buena persona», decía casi cada visitante al ponerse a hablar con la gente que lo rodeaba. El hecho de que un show como el de Ricky Martin se haya hecho en Villa Soldati, zona alejada del centro, con una población de bajos recursos, también tuvo su valor agregado. La estrella del pop mundial fue alcanzable para todas las personas que consiguieron sus entradas gratis y contribuyeron al cuidado de la niñez.