Ríver gana hasta copas no oficiales
A pesar de que no se trate de una competición oficial, River recibió al Sevilla con la intención de quedarse con la Supercopa Euroamericana, un encuentro protagonizado por los campeones de la Copa Sudamericana y la Europa League.
Con la conmovedora presencia de Amadeo Carrizo en el Antonio Vespucio Liberti, el espectáculo comenzó tras un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del accidente aéreo sufrido en Los Alpes de Europa.
La calidad de la «Perla» Reyes, junto a la notable pegada de Pisculichi fueron los primeros recursos que se observaron para que se mueva el marcador. En tanto, el cruce entre Pezzella y Rivas demostró que el duelo no tenía nada de amistoso.
La diferencia en los estilos hizo que ambos tengan su oportunidad para llegar a la red. Cuando el «Millonario» le perdió el respeto al conjunto español, consiguió poner la pelota al piso y amenazar a la valla defendida por Beto, en cambio, cuando la propuesta se basó en balones largos a las espaldas de los centrales, los andaluces exigieron a Chiarini.
En el complemento los de la banda hicieron los méritos para quedarse con la victoria. Un remate en el palo de Juan Kaprof paralizó a Barbosa, quien sólo atinó a observar cómo el vertical devolvía el intento del reemplazante de Gabriel Mercado.
Una situación muy similar a la que vivió Rodrigo Mora. El uruguayo entró por Simeone y le cambió la cara a la ofensiva local. Con triangulaciones precisas y mayor jerarquía individual el oriental se encargó de gestar la victoria porteña.
Luego de amenazar al ex Lanús con un tiro en el palo, el atacante charrúa habilitó a Juan Cruz Kaprof con un preciso centro. El gesto técnico del juvenil, para sacarse de encima a Navarro y definir de primera hizo que la conquista se transforme en un golazo. El triunfo le permitió al elenco del «Muñeco» levantar un nuevo trofeo y elevar el estado anímico de un plantel que sufrió mucho en el último tiempo. Naturalmente, su próximo objetivo será enderezar el rumbo en la Copa Libertadores.