River campeón de la Recopa Sudamericana
El «millonario» salió a hacer lo que acostumbra y que lo llevó justamente a esta final entre el campeón de la Sudamericana y el de la Libertadores, vale decir presionar arriba, recuperar rápido y agilizar las transiciones en busca del gol, aún cuando el marcador lo favorecía de movida.
San Lorenzo, forzado precisamente por la desventaja, salió a intentar lo mismo que su rival, pero con armas bien distintas, vale decir despliegue con orden pero poco fútbol.
Claro que uno de los abanderados en este ítem de la dinámica continua como lo es Franco Mussis se tuvo que ir al cuarto de hora por una lesión en el tobillo izquierdo (lo reemplazó Facundo Quignon), lo que le quitó a Edgardo Bauza uno de los estandartes con los que asumió este compromiso.
Una gran tapada de Marcelo Barovero promediando el primer tiempo para ahogarle el grito de gol a Matías Caruzzo, algo que repetiría ante un cabezazo a quemarropa del ingresado Mauro Matos en el segundo, fueron dos circunstancias tanto o más definitorias que el propio gol del uruguayo Carlos Sánchez, que al igual que en el Monumental convirtió cuando atravesaba la mitad del período final.
Todos estos elementos desequilibraron las estadísticas que tenían empatados a ambos equipos en enfrentamientos internacionales entre sí y determinaron que el «Ciclón» perdiera como local por primera vez una definición sudamericana, ya que en esa condición había obtenido las Copas Mercosur y Libertadores.
Este fue el duodécimo enfrentamiento entre estos dos conjuntos en el campo internacional y River (en esta condición hoy sumó su séptimo título) ahora suma cuatro victorias contra tres de su rival y cinco empates.
Una agresión al árbitro asistente Pablo Belatti aparentemente con una botella de fernet, lo que obligó a un informe de los veedores del partido, más las expulsiones de Ramiro Funes Mori y Julio Buffarini, lo que les impedirá debutar con sus equipos en la Libertadores, fueron los mojones oscuros de un partido que solamente se «picó» transitoriamente sobre el final.
Y así River se redimió del 0-5 ante Boca Juniors en Mendoza, recuperó esa estirpe ganadora que lo caracterizó en la Sudamericana, y también desnudó que este San Lorenzo sigue sin ser aquel que ganó la Libertadores.
Ahora se viene para ambos una temporada de continuas exigencias en el plano local e internacional, con historia grande y planteles cortos.
A River se le viene San José, de Bolivia, en los 4.000 metros de altitud de Oruro, por el grupo 6 de la Libertadores, el próximo jueves, mientras que ese mismo día San Lorenzo, que esta noche se enteró que Corinthians, de Brasil, formará parte del 2, debutará con Danubio, en Montevideo.
Pero eso será futuro inmediato para ambos, porque hoy a los «millonarios» les tocó disfrutar y a los «cuervos» sufrir. Y las revanchas, como siempre también sucede en el fútbol, volverán a estar a la vuelta de la esquina.