Roberto Pettinato: «La gente cree que todo el mundo es drogadicto»
Vive un gran presente profesional, pero distingue las posibilidades que ofrece el medio: «En la televisión, hay una picadora de carne buena, que si te toca, genial, y hay una picadora de carne que es decepcionante, que la hacés por trabajo, porque te llaman, fichás y lo hacés. Llega un momento en la vida en el que uno no tiene tantas ganas de adaptarse a todo lo que te tenés que adaptar» así empieza a referirse a la fantasía de retirarse en un futuro no tan lejano aunque destaca su gran presente: «Con el stand-up, donde soy un tipo totalmente libre, zarpado y hago lo que quiero. La pata de una radio, Sumo x Pettinato y La hormiga imperial. Hay como una triangulación, no es que meto las plumas adentro del tachito del ganso y mientras tanto hago Sumo x Pettinato. La hormiga imperial también tiene que ver con ese standupero, el standupero también tiene que ver con Sumo x Pettinato»
La charla con el musico navega por todos los temas, actualidad, familia, proyectos y drogas: «La gente que se cree que todo el mundo es drogadicto, y fijate que una aspirina diaria durante dos años te hace un agujero en el estómago. Cómo puede ser que a un tipo del mundo del rock, un tipo de acero, una aspirina le cause una úlcera el año pasado. Fue lo único que tuve en mi vida».
— ¿En qué momento se volvió cool drogarse?
—A mí me mataron cuando dije: «La música electrónica viene con pastillas, no me rompan más las pelotas, es así». Salieron todos pero a reventarme. Es como un juego que evidentemente la humanidad necesita en algún punto. La mitad de la gente toma Rivotril, la otra mitad fuma marihuana, la otra mitad toma cocaína. Otra necesita harinas, se mata con harinas. Parece que todo el mundo necesita algo extra. Eso no quiere decir que sea cool. Lo verdaderamente cool es que vos seas cool. Los Beatles seguramente se drogaban, ellos mismos lo han dicho, pero yo disfruto de las canciones bárbaras que les salían de la cabeza, lo mismo que los Rolling Stones. Si vos te vas a drogar porque creés que podés llegar a componer Satisfaction, yo creo que vas a gastar un montón de plata al divino pedo y no vas a componer Satisfaction. En Estados Unidos, ahora hay una que es cinco mil veces más poderosa que la heroína, es una droga que se usa para los elefantes y los tipos dicen: «Bienvenido, necesitábamos algo que sea cinco mil veces más fuerte que la heroína. Qué buena idea, vamos a drogarnos con esto». La falta de controles es una cosa, pero la falta de información; cuando fue lo de estos cinco chicos, nadie pudo informar nada. Iban esos médicos a la tele que eran absurdos. Nadie pudo informar nada.
—¿Sentís que la despenalización ayudaría?
—No tengo una idea formada sobre eso; igual, como está el mundo, agarrado con alambres, creo que todo puede ser peor. Con gente como la que está en los gobiernos, con gente como la que controla todo lo que tiene que ver con la drogadicción, las adicciones, los centros, yo digo: «Dios mío, si encima estos…». No sé cómo es eso de la despenalización, no sé si es que la van a vender toda en los kioscos, pero en la Argentina todavía no estamos de acuerdo en si hay que usar preservativos o no. A mis hijos les enseñé a ser cautos, ninguno se me murió de sobredosis, todos salen por todos lados, hacen cualquier cosa, y sin embargo algo bien debo haber enseñado en su momento, se habla abiertamente de las cosas y nunca pasó nada. Es lo que pienso hacer con los más chicos cuando sean más grandes, se les va explicando cómo es el mundo.
—¿Qué es lo peor que puede venir a plantearte un hijo?
—Cualquier cosa que no puedas responder es un gran problema. Te pueden decir: «¿Por qué hay pobres?». Uf. La vez pasada debatían entre ellos, tienen 8 y 6, y no sé qué decían de las drogas, y Lorenzo decía: «Vos callate, vos no sabés lo que son las drogas». Yo iba con el auto y decía: «Dios mío, cuando me empiecen a preguntar». O, por ejemplo, ellos ahora viven bien y piensan que van a vivir siempre bien. Yo les tengo que enseñar que no es seguro que vayan a vivir siempre bien.
—En ese sentido, los más grandes lo vivieron más, porque no llegaron a tu vida con plata y todo resuelto.
—Ellos agarraron al papá hippie, pero igualmente hoy en día recuerdo con tanto cariño toda esa época, y ellos también. Me decían: «Ay. ¿Te acordás cuando hacías vos la mermelada?». Les hacía la mermelada de naranja que estaba una hora tratando de cocinarla.
—¿Hoy hacés una mermelada de naranja?
—No. Ayer justamente hablaba de eso de querer volver a la selva y a los lugares donde mi padre me llevó cuando era chico, a la Amazonia. Al final decís: «No son tantas cosas importantes las que te pasaron en la vida y en general ya pasaron». Esos momentos no tienen que ver con el dinero, no tienen que ver con el confort, y no tienen que ver con una época en la que viajamos a Miami. Tienen que ver con experiencias más potentes, algo más profundo.
—¿Tamara ya aceptó tu noviazgo?
—No, pero esas son cosas que ya empecé a soltar, uno no puede estar toda la vida agarrado. Uno va llevando un carro que es su pequeño imperio. El mío son tres gatos, cinco hijos, saxofón, guitarra y mujeres varias, que pasan, pasan, una queda. Y vas tirando el carro, pero llega un momento en que ya te duelen las manos de tantas correas, entonces llega un momento en el que empezás a soltar, decís: «Bueno, chicos. ¿No te cae bien? Bueno, no te la voy a presentar, no hay problema».
—¿No se la presentaste?
—No, lo horrible es el padre que quiere sentar a su novia o a lo que sea en la mesa del domingo o la mesa navideña, eso sí me parece un plomo.
—¿Quién te parece la mujer más linda de la Argentina?
—Mis gustos son medio raros, no soy de los que son fanáticos de Pampita o de Nicole Neumann. Jazmín Stuart era muy bonita, la miraba y me quedaba, me parecía preciosa. Y hay otra también, la mujer de [Pablo] Trapero me gustaba.
—Martina Gusmán.
—Me encantaba, me parecía muy linda. Una que era preciosa, Paula Siero, una cara rara.
—Te gusta más la mujer sin operar que operada.
—Obviamente y con una cara potente.
Veo a Paoloski, que me cae simpático, tratando de hacer un late night show y no está bueno
—¿Quién te parece el mejor conductor y quién te da vergüenza?
—Todos tienen algo para lo que sirven, el problema es cuando quieren meterse en algo que no sirven. Por ejemplo, lo veo a [Germán] Paoloski, que me cae simpático, tratando de hacer un late night show y no está bueno; le envidio la escenografía, sería perfecta para mí. Pero me parece que cuando uno se mete en cosas que no, es que no. Guido Kaczka es un tipo que me gusta para un programa, no para cinco programas donde ya no le da más la cabeza, porque ya entre eso y la radio te das cuenta de que la cabeza no le da más, repite lo mismo todo el tiempo, no das más, te cansás.
—¿[Jorge] Lanata?
—Me parece un gran showman en el sentido de la simpleza. A [Marcelo] Longobardi no le entiendo una sola palabra de lo que habla, pero sin embargo me cae bien él. En cambio, Lanata es como si fuera un paso progre, cool, de lo que en una época fue Bernardo Neustadt. No ideológico, en el mecanismo de hacer delivery de información, tiene esa cosa como que todo el mundo le entiende.
—¿Y Víctor Hugo [Morales]?
—Me encantaba Víctor Hugo, siempre me pareció muy articulado, un tipo que habla, tiene una verba que es impresionante, pero lamentablemente, para mí, cuando se metió en la súper defensoría de los K, perdió un cierto encanto por meterse ya demencial. Era: «Ya, por Dios, basta, chicos».
—¿Qué opinás de Susana [Giménez] con [Facundo] Moyano?
—A mí me parece muy bien si es verdad que salen. Me parece linda Susana Giménez. No es mi estilo, pero para sus años es una linda mujer, y si a él le gusta, está bien que lo haga. No creo que salgan, Susana no quiere nada, no quiere enamorarse, quiere más un hueso, me parece.
Roberto Pettinato presenta sus monólogos en Pettinato Café Concert, el próximo 25/11, en el Centro Vasco de Necochea; 26/11 en Classico Bar de Tres Arroyos y el 27/11 en Liverpool Bar de Mar del Plata.