San Luis: crecen las agresiones de género
En las últimas semanas, entre las noticias aparecieron algunos testimonios de mujeres agredidas por el cónyuge o ex parejas. Las víctimas fueron protagonistas de ataques físicos y psicológicos, tal como ocurrió en cada uno de los 24 casos que registró el Juzgado de Familia Nº 1, a través de la Secretaría a cargo de Diego Nievas y Alejandra Báez. En los primeros quince días de mayo, en el mostrador asentaron denuncias de esposas o novias agredidas, hijos que sufren la violencia, familiares preocupados y hasta vecinos que de manera anónima tomaron la iniciativa para acabar con el calvario de quienes aún no se decidieron a desenmascararlo. Si bien pueden hacerse en todos los destacamentos policiales, en la Comisaría del Menor lidian con más episodios de agresión, y el número asciende a cuatro denuncias diarias, que arrancan después de las 21, generalmente.
En el país durante el mes de febrero de 2012, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) registró 753 casos de violencia de género; un año después llegaron a 722 y durante el mismo mes pero del 2014, la cifra trepó hasta los 833. En San Luis, hace ya dos años que los juzgados adhirieron a la OVD y desde entonces cargan los datos a su sistema web, de donde extraen las referencias acerca del denunciante y del denunciado y que corresponden a sexo, edad, nivel educativo, condición laboral, procedencia, hijos, relación afectiva y la frecuencia de los ataques. “En mayo son 24 denuncias que en quince días (el Juzgado de Familia Nº 1 atiende sólo del 1 al 15 de cada mes) es de casi dos denuncias por día. Registramos violencia entre mayores, parejas o convivientes, no hablamos de maltrato infantil, y en este número, el cien por ciento de las agresiones fueron cometidas por hombres hacia la mujer”, especificó el secretario Nievas.
Las edades de conflicto oscilan entre los 25 a 40 años. Aquellos hombres que tienen cerca de 60 son los menos conflictivos, pero el secretario del juzgado indicó que también hay protagonistas aún más jóvenes. “Generalmente, las parejas jóvenes que se van a convivir con 18 años son más proclives al roce, y lo hacen antes de los 25″, detalló Nievas. El comisario inspector Gabriel Molina, a cargo de la Comisaría del Menor, agregó que “se da en dos extremos: en el inicio de la relación de pareja, de 16 a 24 años; y cuando ya tienen unos 20 años de convivencia. Generalmente es por la falta de adecuación la nueva vida, a las responsabilidades y a los problemas económicos iniciales”.
Molina estimó que “son seis las denuncias diarias por violencia familiar y cuatro de violencia de género, y hay veces que son más las de género».
De acuerdo a los datos del Juzgado, «influyen los factores económicos pero no me animaría a decir que es preponderante en estos casos, es más importante el dato geográfico, donde se produce: en el conteo de denuncias, me animaría a decir que 7 de cada 10 son de La Ribera y eso nos alarma un montón”.
Las causas «podrían ser por la lejanía de la ciudad, la mezcla de edades y clases sociales, y sobre todo que son parejas jóvenes con niños, elementos que contribuyen porque no tengo otro punto de la ciudad con esta información», indicó Nievas.
La mayoría de los casos son recepcionados a las 21: 30. “Se llenan las comisarías porque es la hora que se emborrachó, o llegó del trabajo, se enteró por terceros, le leyó mensajes en el teléfono o se olvidó el Facebook abierto y le descubrió mensajes”, comentó el comisario Molina. Nievas agregó que «si a la relación conflictiva de una pareja vos le agregas alcohol, es una bomba de tiempo; en la mayoría de los casos la agresión es después de una cena, de un asado, de bailar, de salir, es muy común en el horario de las 2 a las 6 de la mañana».
La agresión física sola no ocurre, siempre hay algún condimento de agresión verbal anterior, y la los casos más recientes refieren «a violencia económica de ex parejas que luego de separarse, quien es el sostén de familia utiliza ese poderío económico sobre la otra persona para arreglarse o para que retiren las denuncias hechas.
La víctima de violencia de género es «particular, tienen vergüenza, creen que la sociedad puede estigmatizar el caso, pero yo transmito la idea de que el que tiene miedo, pierde. Trato de cultivar la valentía en el denunciante, te sorprendería ver a una mujer después de una respuesta como se recompone, infla el pecho por animarse», expresó el secretario.