Santos anunció el envío de militares a La Habana
El presidente de Colombia anunció que cinco altos jefes militares se incorporarán el martes a las conversaciones con las FARC en La Habana para negociar un cese del fuego definitivo, que se sumaría a la tregua unilateral que mantiene la organización guerrillera desde el año pasado.
«Quién mejor que los propios combatientes, los militares, para ir señalando el camino para negociar un alto el fuego definitivo», dijo Santos al participar del Foro por la Paz, en el segundo día de la visita de Estado que realiza a España en busca de apoyo al proceso de paz.
Se trata de jefes militares pertenecientes «a la subcomisión establecida para discutir el cese del fuego definitivo», en la que se tratará el fin de las hostilidades por ambas partes, así como el desarme y la desmovilización del grupo guerrillero, apuntó el mandatario.
De llegarse a un acuerdo, sería la primera vez que el gobierno y las FARC declaran una tregua bilateral desde que se inició el proceso de paz en noviembre de 2012.
Con el reciente llamado a los cinco altos oficiales para integrar la subcomisión (que se suman al general Javier Flórez, quien ya había sido designado por Santos para tratar este asunto con las FARC), el proceso tiene su oportunidad para avanzar en buena dirección al abordar uno de los temas sensibles dentro de una confrontación armada de más de 50 años.
Los enviados son el almirante Orlando Romero Reyes y los generales Alfonso Rojas Tirado, Martín Fernando Nieto, Oswaldo Rivera Márquez y Álvaro Pico Malaver, en su mayoría especialistas en inteligencia y tácticas militares, y diplomados en distintas áreas.
Santos recordó que desde el principio del proceso mantuvo informados a los jefes militares, para evitar la imagen de que la cúpula castrense era opuesta a la paz, y subrayó que en el actual proceso se ha «avanzado más que en cualquier otro intento en el pasado».
«De los cinco puntos de la agenda ya se han cerrado tres, y ahora faltan los dos más difíciles, el relativo a víctimas y justicia transicional y el fin del conflicto», reconoció.
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En La Habana se debatirán al mismo tiempo el tema de las víctimas y la justicia con el punto del final del conflicto, que incluye el desarme y la desintegración de la guerrilla, dijo el mandatario.
La noticia sobre la nueva subcomisión fue bien recibida por el jefe de los negociadores del gobierno en Cuba, Humberto de la Calle, quien afirmó que la participación de los altos mandos militares en el proceso de paz «sólo debe darle confianza y tranquilidad al pueblo colombiano».
La subcomisión, que empezará sus sesiones el jueves 5 de marzo, trabajará en paralelo a las discusiones de la mesa de conversaciones entre el gobierno y el grupo guerrillero, y «no constituye una instancia de negociación», advirtió De la Calle.
La tregua bilateral es un pedido efectuado por la guerrilla desde fin del año pasado, cuando decidió anunciar un cese del fuego unilateral e indefinido como gesto, que no había recibido hasta ahora respuesta del gobierno.
«No entendemos por qué Santos no se suma a la tregua de la FARC», indicó días atrás Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, uno de los delegados de la guerrilla en el proceso de paz.
Según un informe divulgado hoy por el Frente Amplio por la Paz, que aglutina a movimientos sociales, las FARC completaron los primeros dos meses de su alto el fuego unilateral sin iniciar incidentes.
Esta es la segunda ocasión, tras otro documento fechado a finales de enero, en la que el Frente Amplio evalúa el cumplimiento de la tregua unilateral que las FARC iniciaron el pasado 20 de diciembre.
Por otro lado, en el mismo Foro por la Paz en el que participó Santos, el ex canciller israelí Shlomo Ben Ami, quien asesora a Colombia en el proceso, reveló que el presidente colombiano planteó al gobierno norteamericano la posibilidad de liberar a Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, guerrillero preso en ese país.
Ben Ami indicó que Santos decidió hablar sobre el tema con el vicepresidente estadounidense, John Biden, a raíz de la petición que las FARC hicieron para lograr un acuerdo final.
Trinidad, un alto miembro de las FARC, fue extraditado a Estados Unidos después de su captura en 2004, acusado de narcotráfico. El grupo guerrillero lo nombró en ausencia como uno de sus cinco delegados plenipotenciarios para el proceso de paz que abrió con el gobierno de Santos en noviembre de 2012 y exige desde entonces su liberación para que integre la msa.
Ayer el mandatario abrió el debate sobre el tema, al deslizar la posibilidad de pedir a Estados Unidos la suspensión de las solicitudes de extradición contra guerrilleros vinculados al narcotráfico debido a que «nadie va a entregar las armas para irse a morir a una cárcel norteamericana».
Estados Unidos tiene un papel clave en el conflicto colombiano y en el apoyo militar a Bogotá contra la guerrilla, y esta semana dio un claro gesto de respaldo al proceso de paz cuando ordenó la participación de su enviado especial Bernie Aronson en la mesa de conversaciones en La Habana.
Aronson ya se reunió dos veces con las delegaciones del gobierno de Santos y de las FARC, para tratar asuntos vinculados al proceso de paz.