Scioli mejoró en el conteo definitivo
A los apurones, la Justicia electoral le comunicó anoche al Congreso el resultado del escrutinio definitivo de las elecciones para presidente del 25 de octubre. Fue un alivio para los amanuenses de trámite porque hasta ayer peligraba la sesión de la Asamblea Legislativa, que se había apurado Amado Boudou a convocar el lunes sin tener más que la promesa de que esos números ya estaban y que llegarían en hora.
También fue un alivio para uno de los participantes de la primera vuelta, porque esos números arrojaron una mejora de 336.207 votos para la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini. El ticket opositor de Mauricio Macri-Gabriela Michetti sumó en este recuento 218.453. Un incentivo interesante para las dos tribus en pugna. El peronismo puede alegrarse al mirar ese cuadro en donde aparece un número más y mitigar su ánimo caído. La liga Cambiemos pensará otra vez en la advertencia del lunes de su candidato: no actúen como si la elección estuviera ya ganada.
Para quienes miran los cuadros de resultados con pasión de quinieleros, el cuadro final arroja datos para analizar en detalle: entre el provisorio y el definitivo se sumaron 842.788 votos válidos, de los cuales 763.274 fueron inválidos.
También cayó un 10% el voto en blanco, los nulos se mantuvieron parejos.
Hoy la Asamblea consagrará las dos fórmulas para la segunda vuelta del 22 de noviembre, le enviarán en mano a los apoderados del Frente para la Victoria y de Cambiemos los protocolos y la pregunta formal sobre si se animan a competir en el balotaje. Tienen tiempo para responden hasta el 14 de noviembre, pero Jorge Landau y José Torello ya tenían anoche firmada la nota de respuesta que enviarán con la afirmativa . Ese decretazo -por lo conmovedor del caso, no porque sea de necesidad o urgencia- puede llegar a conocerse esta noche.
Nadie dijo que sería fácil, y menos con el apretado cronograma que dictó la Cámara Nacional Electoral el jueves pasado, que prevé muy pocos días para la campaña. El viernes deben publicitarse los resultados completos de las demás categorías nacionales -legisladores nacionales y del Parlasur-, el sábado comienza la prohibición de actos de gobierno sospechados de promover la captación del voto (risas).
El entusiasmo de las partes que juegan poder en el balotaje empujó las voluntades poniéndolas al borde de la legalidad. Boudou firmó la convocatoria a la Asamblea sin tener los datos sobre su escritorio, a pedido del poder Ejecutivo (Ministerio de Justicia) de manera de que con esa hoja firmada por el vicepresidente se interesase a los legisladores que integran la Asamblea a que estuvieran en zona para sesionar hoy. Estaba la música pero no la letra, algo que no es nuevo en la Argentina. El texto original de la reformada Constitución de la provincia de Catamarca se perdió en un incendio o algo así y se tomó como base legítima la publicación del texto en el diario El Ancasti. Algunas cláusulas de la Constitución Nacional reformada en Santa Fe en 1994 tuvieron validez legal desde que se publicó en los diarios la aprobación parcial en el recinto de las sesiones, sin esperar a la formalidad de la aprobación en general o de la jura en Concepción del Uruguay.
No fue todo. El mismo lunes, la Justicia electoral de Buenos Aires le pidió a la nacional que se postergase la Asamblea porque el escrutinio definitivo no estaría hasta el viernes, como indicaba el cronograma. Hubo respuestas airadas de la Capital hacia La Plata de los tres poderes, enterados los jueces, los apoderados de los partidos y los tres jefes del Congreso, que son Amado Boudou, Julián Domínguez y el experimentado Juan Estrada, secretario legislativo del Senado, que sabe de estos trajines más que nadie en la Argentina, habiendo sido fuerte en Diputados con Alberto Pierri, en el Senado y en la convención reformadora con Eduardo Menem, pasando los tiempos de Chacho Álvarez, José Genoud, Mario Losada, Ramón Puerta, Juan Carlos Maqueda, José Luis Gioja, Daniel Scioli y ahora Boudou.
Ante esa tonante negativa, desde La Plata ofrecieron un camino intermedio: ayer enviaron las planillas con los resultados a la junta electoral nacional, pero sin las firmas de los integrantes de la junta electoral provincial, a quienes buscaron hasta la tarde de ayer para que priorizasen esos resultados. Cuando lograron localizarlos para que completasen las rúbricas, los números finales ya estaban en manos de Boudou.
Para completar estos forcejeos hay que agregar alguna zozobra que hubo con los datos finales de la elección presidencial en la provincia de Corrientes, que también llegaron de apuro ayer antes de que saliese la comunicación al Congreso.
Esta fragilidad de papeles es comprensible en una novedad como la del balotaje, que por ejemplo, no contaba con previsiones de cronograma electoral en el código respectivo y debió ser elaborado hace una semana. En ese terreno cenagoso en el que se mueve, la Justicia electoral autorizó ayer a que se utilicen en el balotaje las boletas impresas para la primera vuelta sin necesidad de tacharle, en un sobreimpreso, la fecha del 25 de octubre. Convivirán en el cuarto oscuro del 22 de noviembre con las nuevas boletas que se impriman, que serán el equivalente a un padrón y medio, es decir cerca de 50 millones y también con aquellas en las que se le obliteró la fecha. O sea que habrá en el cuarto oscuro tres posibilidades de boleta para cada uno de los candidatos: con fecha, sin fecha y con fecha tachada. No fuera que faltasen en esas elecciones que son sencillísimas (dos fórmulas en distrito único nacional) alguna marca tercermundista.