Se agravan protestas contra asesinatos de afroamericanos por policías en EEUU
Las autoridades de Estados Unidos realizaron más de 200 arrestos en varias ciudades durante manifestaciones en la noche del sábado, en medio de fuertes tensiones entre afroestadounidenses y policías.
Las detenciones se realizaron 48 horas después de que un negro veterano de guerra disparara contra policías blancos en Dallas, matando a cinco de ellos.
Obama, de visita en España, hablará en Dallas el martes durante una ceremonia ecuménica en honor a los policías muertos, anunció este domingo la Casa Blanca.
La mayoría de las manifestaciones que se organizaron en homenaje a las personas negras muertas por violencia policial, y en particular a las dos víctimas más recientes, fueron pacíficas.
Alton Sterling y Philando Castile fueron abatidos por policías esta semana, en Luisiana y Minnesota respectivamente, y sus muertes filmadas. Las imágenes, que se difundieron ampliamente en las redes sociales, sacudieron a Estados Unidos.
La noche del sábado en Houston, la principal ciudad de Texas, otro hombre negro murió al ser baleado por policías. Alva Braziel llevaba un arma de fuego corta que se negó a soltar, aseguró la Policía, citada por la prensa.
En 2015, un total de 1.152 personas murieron a manos de la policía en Estados Unidos, el 30% de los cuales era afro-estadounidense.
Manifestantes salieron a las calles en Nueva York, Los Angeles y San Francisco.
Pero las autoridades dijeron que se generaron disturbios en Saint Paul y que un total 21 agentes que mantenían el orden fueron heridos en la noche del sábado, cuando una manifestación degeneró y algunos participantes tiraron piedras y se negaron a despejar una ruta. En total 102 personas fueron detenidas.
«Esto no tiene nada que ver con el luto, no tiene nada que ver con una manifestación, esto se llama un disturbio, se llama violencia», declaró el alcalde de Saint Paul, Chris Coleman. «No toleraremos este tipo de violencia incalificable».
Otra manifestación tensa se realizó en Baton Rouge en Luisiana, la ciudad donde un vendedor de CD negro fue arrojado al suelo por dos policías y luego abatido a quemarropa. Más de 100 personas fueron detenidas en esta ciudad según la prensa local, que citó fuentes policiales.
Durante esta marcha DeRay McKesson, un prominente activista del movimiento Black Lives Matter (BLM), filmó y transmitió por la aplicación Periscope su propio arresto.
«La policía nos ha provocado toda la noche», explicó en un video difundido en su cuenta @deray. «Nosotros no bloqueamos la calle ni ninguna otra cosa», afirmó.
Luego la imagen se interrumpe y se oye una voz: «Policía de la ciudad. Usted está bajo arresto, no se resista».
Otro activista tomó el teléfono móvil y reanudó el video, preguntando al policía la razón del arresto de McKesson, que fue llevado con sus manos en la espalda, según fotos colgadas en redes sociales.
McKesson fue liberado horas más tarde tras el pago de 500 dólares de multa por obstruir una autopista.
Desde Madrid, donde se encontraba de visita este domingo, el presidente Obama llamó a la calma.
«Cuando los que estamos preocupados por la imparcialidad del sistema de justicia atacamos a oficiales de policía, hacemos daño a la causa», dijo.
«Primero que nada, cualquier acto de violencia contra la Policía es un crimen y debe ser procesado», indicó.
«Así sea retóricamente, si generalizamos y no reconocemos que la gran mayoría de los agentes de policía están haciendo un buen trabajo y buscan proteger a la gente (…) perderemos aliados para una reforma», subrayó Obama.
La creciente tensión en Estados Unidos llegó a tener repercusión internacional este domingo cuando el gobierno de Bahamas, un país con una población mayoritariamente negra, instó a sus ciudadanos a tener cuidado al viajar a ese país por las recientes muertes de hombres negros a manos de policías.
«No sea polémico y coopere» al tratar con policías, recomendó el ministerio de Relaciones Exteriores particularmente a hombres jóvenes de su país.
El tirador que mató a los cinco policías en Dallas, identificado como Micah Johnson, dijo antes de ser ultimado que quería matar a policías blancos para vengar la muerte de negros por disparos de uniformados.
Las autoridades de Dallas están convencidas que Johnson actuó solo, pero el jefe de Policía de la ciudad, David Brown, dijo el domingo que planeaba un ataque mayor, por lo encontrado en su casa.
Los investigadores creen «en base a la existencia de materiales para la fabricación de bombas y a un diario, que el sospechoso había estado ensayando detonaciones y que los materiales eran tales y en cantidad suficiente como para causar efectos devastadores en nuestra ciudad y en el área del norte de Texas», afirmó.
El sábado Dallas había vuelto a ser presa del miedo. Equipos tácticos SWAT fueron desplegados en el cuartel general de la Policía tras una amenaza anónima y oficiales buscaron, con «suma cautela», un sospechoso en el estacionamiento del lugar.
Agentes revisaron el área, no encontraron nada y un par de horas más tarde se levantó el alerta.