La monja japonesa Kosaka Kumiko, sospechada de «participación primaria» en los abusos sexuales a chicos hipoacúsicos que asistían al colegio religioso Antonio Próvolo de Luján de Cuyo se entregó este martes en Buenos Aires.
La religiosa estaba prófuga desde el 31 de marzo y sobre ella pesaba un pedido de captura nacional e internacional librado por el fiscal Gustavo Stroppiana, según publicó Los Andes.
Ahora, deberán coordinar cómo se hará el traslado de la monja desde Buenos Aires hasta Mendoza -se precisa de una comitiva especial-, ya que está confirmado que ni bien Kumiko pise suelo mendocino será imputada por participación primaria en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores, los mismos por los que ya están imputados y detenidos 2 curas y 3 administrativos del establecimiento.
Kumiko fue señalada por las víctimas, una adolescente de 17 años que sufrió abusos de parte del cura Horacio Corbacho (detenido en la misma causa) cuando tenía 5 años y asistía al instituto Próvolo. La joven aseguró que la religiosa no sólo encubrió los crímenes sino que se constituyó en cómplice cuando le colocó un pañal a la nena para detener la hemorragia que le había generado el abuso.
Entre tanto, el abogado de las víctimas, Sergio Salinas, explicó que de los testimonios se desprende que la monja era la encargada de «tantear» a los chicos para identificar a los más sumisos que luego serían abusados.