Según economistas, las medidas para amortiguar la crisis son inconsistentes y tendrán escaso impacto

El director de la consultora Economía & Regiones, Diego Giacomini consideró este miércoles que el éxito del paquete económico dependerá de que «las medidas formen parte de las expectativas que tiene la gente en línea con las expectativas del gobierno: si ambas expectativas coinciden, las variables estarán tranquilas. Si la gente no le tiene confianza, las variables se descontrolarán y el plan económico va a ser abandonado porque no produce los frutos esperados».

Giacomini sostuvo que «las medidas van en línea con lo anunciado por el Banco Central», al tiempo que consideró que el plan de Guido Sandleris, titular de la autoridad monetaria, duró 5 o 6 meses y ahora se pone un parche.

El economista puntualizó que «el BCRA aplica ahora banda cero. El resto de las medidas las anuncia Dujovne que ya anticipó que no va a alcanzar metas fiscales”. Y agregó que “las medidas sirven para el cortísimo plazo”.

A su turno, el economista y precandidato presidencial por el Partido Libertario, José Luis Espert, dijo que Cambiemos que siempre fue kirchnerismo de buenos modales y agregó que al final de su mandato, “se hace más kirchnerista todavía para sacarle votos al verdadero kirchnerismo de Cristina”.

“Acá se trata sólo de volver a ganar elecciones. Habría que condenar abiertamente a este tipo de gobiernos que no reconocen un diagnóstico de que Argentina está en una decadencia tan absoluta”, sostuvo al tiempo que agregó que si no nos damos cuenta de lo que hay que hacer somos verdaderos dementes.

“Llegamos a esta decadencia por culpa de plancitos de morondanga como el que está lanzando el Gobierno. Se nos está yendo la vida con estos gobiernos. Argentina tiene que empezar a recorrer los cambios que otros países han hecho. Países cercanos a nosotros. No es ninguna cosa inalcanzable”, enfatizó.

Y concluyó: “Si seguimos así Argentina va a ser una gigantesca villa miseria llena de zombis. Alguien tiene que arriesgarse a perder una elección pero a decir la verdad”.

En tanto, Carlos Rodríguez, exviceministro de Economía, afirmó que sólo ve medidas de puro maquillaje diseñadas para lograr la reelección. “Ninguna medida de ajuste estructural que nos ayude a cambiar el rumbo decadente de los últimos años. Pan y circo de corta duración mientras lo financie el FMI”, afirmó.

A su vez, el economista Pablo Challú destacó que “las medidas anunciadas (para congelar a los precios e incrementar el consumo) tendrán escaso impacto”, y “agravan aún más la situación”.

El titular del Consejo de Empresarios Nacionales sostuvo que “la mecánica adoptada para el congelamiento de algunos precios es inconsistente, ya que no se congelaron los precios de los productos como fideos, arroz o azúcar, sino que sólo de algunas marcas”. Y agregó que: “las empresas van a aumentar los precios de las otras marcas que no están dentro del acuerdo para poder compensar, por eso tendrá escaso impacto”.

El ex secretario de comercio Interior subrayó que “el Gobierno una vez más equivoca el diagnóstico, cree que estamos frente a un problema financiero cuando en realidad estamos frente a una dificultad económica”.

“Dar Créditos para compensar la caída de los ingresos, puede tener un efecto en el muy corto plazo, pero estos créditos luego hay que pagarlos. El consumo está deprimido no por falta de crédito, sino porque los ingresos han caído notablemente, tanto de la clase pasiva, y de los asalariados en general”, aseguró el economista.

Según el economista Roberto Cachanosky, se trata de un gobierno antipopulista que anuncia medidas populistas para que no venga otro gobierno populista. «No es un trabalenguas, es Argentina que enloqueció”, aclaró.

Para el economista jefe de la consultora Superavit, Lucas Rodriguez, «los anuncios apuntan a mejorar un poco el consumo mediante créditos y beneficios para ciertos grupos de consumidores y a mostrar que se hace algo por frenar precios y tarifas».

Rodríguez sostuvo que «nunca en la historia estos controles resultaron: los acuerdos de precios no funcionan e impedir los ajustes tarifarios por poder regulatorio tiene su correlato negativo en la inversión de las empresas para mantener la industria y su distribución, lo cual impacta en la calidad del servicio».

Más adelante detalló que «no habrá baja sustancial de la tasa de inflación hasta tanto no se equilibren las cuentas públicas (incluyendo los resultados financieros y no hacer el truco de hablar de superávit primario, que no incluye los intereses) y se dé fin a los instrumentos remunerados que el Banco Central tiene en su pasivo (Leliqs)”.

Añadió que el nivel de actividad requiere que negocios sean rentables y eso se logra con reforma laboral e impositiva, la cual se puede encarar seriamente sólo si se modifica el gasto en seguridad social. “Todo lo demás, es cosmética. Pero lo que es necesario hacer no se encarará en un año electoral», consideró.

Por otra parte, el profesor titular de Microeconomía de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Marcelo Di Ciano, sostuvo que las medidas se centralizan en la lucha contra la inflación, y que hasta ahora todo lo aplicado no ha servido. «Estás medidas sólo demuestran la imperiosa necesidad de mostrar una imagen de contención ante la extremada situación económica, ya que estamos en las cercanía de las elecciones».

Di Ciano, contador y licenciado en administración de empresas, opinó que se trata «de medidas complementarias de corto plazo».

Agregó respecto a los jubilados y pensionados, que «el problema no es darles un crédito, porque de esa manera, terminarán endeudados. Y la inflación, si analizamos la del mes de marzo que fue 4,%, es la más alta de este año, lo cual llevaría a una progresión para el 31 de diciembre de este año de alrededor del 40%», evaluó.