Sin poner de rodillas al país
El ministro de Economía afirmó que el principio central del acuerdo «es crecer para poder pagar», y remarcó: «Nosotros hemos iniciado una negociación atípica, hay un sólo ejemplo similar, cuando Indonesia tuvo un tsunami».
De esta manera, Kicillof definió las 17 horas de negociaciones con los representantes del Club de París, integrado por 19 países que representan el 55 por ciento del PBI mundial, que aceptaron condicionar los pagos a eventuales inversiones de empresas extranjeras en el país.
«Hemos arreglado en condiciones favorables uno de los tantos entuertos que nos dejó el neoliberalismo, en lo que fue la historia argentina durante décadas y décadas, con foco en la dictadura militar», remarcó el jefe del Palacio de Hacienda.
El ministro explicó que el total de la «deuda consolidada es de 9.700 millones de dólares a un plazo de 5 años, más 2 años de gracia por si eventualmente no se pudiera cumplir durante el plazo original, a una tasa del 3 por ciento, bastante más baja que el 7 por ciento que estaba estipulada en los contratos firmados en su momento».
«En el caso que necesitemos esos 2 años adicionales, o sea calculando el peor escenario, una vez pagado el mínimo establecido, quedaría una deuda de 2.200 millones de dólares que se pagarían en 2 cuotas», subrayó.
Lo novedoso de este acuerdo, calificado como «excelente» por el ministro, es que ambas partes comparten el esfuerzo de realizar un «pago mayor frente a la concreta posibilidad de que ingresen más inversiones de las esperadas».
«Cuanta más colaboración haya más va a poder pagar la Argentina de una deuda que arrancó en 1956 cuando yo no había nacido y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tenía apenas 3 años», explicó.
Técnicamente, Kicillof aclaró que la deuda consolidada es «producto de la actualización de los 24 contratos firmados y renegociados en su momento, que en su gran mayoría se celebraron con las agencias estatales de los países que integran el Club de París».
Al comentar algunos pormenores de la negociación, el ministro aseguró que «las partes empezaron muy, muy lejos, ya que ellos querían que en un año pagáramos el equivalente al 10 por ciento de las reservas».
«Sin embargo, tras escuchar nuestra exposición, que sirvió para aclarar algunas cuestiones mal informadas por la prensa internacional que se hizo eco de algunos medios locales opositores, entendieron que en los últimos diez años hemos crecido con inclusión social y honramos nuestras deudas», agregó.
A tal punto interpretaron la realidad de la economía argentina que en el comunicado de prensa que emitió el Club de París se hace referencia al «crecimiento inclusivo de la Argentina».
En cuanto al pago inicial de 650 millones de dólares previsto para el próximo mes de julio, aclaró que no está en los cálculos «ningún tipo de endeudamiento» para ese vencimiento «ya que tenemos las reservas suficientes para afrontarlo».
Kicillof también se mostró optimista al momento de opinar sobre las inversiones que pudieran obtenerse en el corto plazo, y no sólo hizo mención al potencial de Vaca Muerta, sino que citó el interés de la empresa japonesa Mitsubishi, que tiene proyectos en cartera para desembarcar en la Argentina.
«En su momento nos reunimos con empresarios de la japonesa Mitsubishi que tienen proyectos en cartera y nos manifestaron la conveniencia de poder financiarse con la agencia de Japón», afirmó el ministro.
Finalmente, el ministro admitió que si la Argentina volviera a endeudarse lo hará a tasas internacionales para «obras de infraestructura, energéticas y tenemos novedades para el Belgrano Cargas, o sea pensando en el desarrollo y no en la timba financiera».