Un pésimo arbitraje perjudicó a Central y entregó la Copa Argentina a Boca
Los Xeneizes cerraron con dos vueltas olímpicas un año que pintaba para el olvido por el éxito internacional del clásico rival. El domingo ganó el torneo local y hoy sumó la Copa.
Boca quería dar la segunda vuelta olímpica de la semana, y lo logró. Poco importará en la historia el cómo. Rosario Central lo superó de principio a fin. Jugó a sacarle la pelota para poder desarrollar su estilo, arrinconando al Xeneize en torno al arco de Agustín Orión. En ningún momento el equipo de Rodolfo Arruabarrena hizo pie, y distinto podría haber sido el final de esta historia a no ser por la justeza del asistente Aumente en la acción que terminó en gol de Marco Ruben al término del primer tiempo.
Pese a ese primer cachetazo, aunque justo, el Canalla no cedió en su iniciativa. De hecho Boca encontró la llave del partido gracias a aquél penal inexistente que Diego Ceballos pitó y Lodeiro canjeó por gol: era la primera vez en la noche que Gino Peruzzi pasaba al ataque. Hasta ese entonces, los de azul y oro se ocuparon más de la defensa que de llevarle peligro a García. Ni tener a Tevez resultaba.
Para colmo de males, en una de las últimas acciones, Chavez definió en posición adelantada para sellar el triunfo. A esa altura parecía poco probable que Central revirtiera el resultado adverso, sin embargo esa conquista delex Banfield opacó aún más un título merecido de Boca, que hoy fue claramente beneficiado por el arbitraje de turno.