Un refugiado sirio mató con un machete a una mujer en plena calle en Alemania
UN REFUGIADO SIRIO DE 21 AÑOS, CON ANTECEDENTES POLICIALES MATÓ ESTE DOMINGO A UNA MUJER CON UN MACHETE E HIRIÓ A OTRAS DOS PERSONAS EN LA CIUDAD DE REUTLINGEN, EN UN NUEVO CASO DE VIOLENCIA QUE PODRÍA RECRUDECER EL SENTIMIENTO ANTI INMIGRANTE.
La Policía destacó en un comunicado que no hay ninguna prueba que vincule el ataque a motivaciones políticas o religiosas, o a grupos extremistas locales o internacionales, según la agencia de noticias EFE.
El diario local Stuttgarter Zeitung explicó que el atacante, que se encuentra el país esperando una respuesta a su pedido de asilo político, trabajaba en el restaurante de comida rápida turca junto con la mujer que mató. La Policía, por su parte, informó que varios testigos los llamaron cuando escucharon una pelea entre los dos.
Según el relato policial, el joven sirio primero apuñaló a la mujer y luego hirió a otras dos personas -una mujer y un hombres, antes de ser detenido en plena calle, cerca de la estación de colectivos de la ciudad, cercana a Stuttgart.
El diario local Bild, en tanto, relató que el responsable de evitar la masacre fue un conductor que transitaba por allí y que cuando vio lo que sucedía amagó con atropellar al atacante. Frenó unos centímetros antes y no lo tocó, pero el susto fue suficiente para frenar al joven sirio.
El conductor, quien pidió no revelar su nombre, contó a Bild que la imagen del joven con el machete inmediatamente le recordó al ataque del viernes pasado en la ciudad de Munich, una masacre, cometida por un joven alemán-iraní, que dejó nueve muertos y 25 heridos.
A este ataque se sumó también el reciente atentado protagonizado por un joven afgano de 19 años, quien entró en un tren regional con un hacha y un cuchillo al grito de Alá es el más grande, el tradicional grito de los combatientes islamistas.
El clima social de tensión en Alemania comenzó a escalar el año pasado cuando el número de ataques xenófobos contra refugiados, inmigrantes y todos los símbolos referidos a ellos se multiplicaron como consecuencia de la llegada de alrededor de un millón de demandantes de asilo de Medio Oriente y África.
Una de las primeras consecuencias del crecimiento del sentimiento xenófobo en Alemania, fue que el gobierno nacional -al igual que la mayoría de sus vecinos- comenzaron a cerrar sus fronteras a los recién llegados y a blindar los límites externos de la Unión Europea.