Ganó Holanda

El equipo de Van Gaal se puso en ventaja con gol de Robben, pero empató Tim Cahill. Jedinak le dio la ventaja parcial a los socceroos, hasta que Van Persie y Depay ampliaron la ventaja.

Holanda terminó ganando un partido sin merecerlo totalmente. Solo se puede alegar en su favor el peso de sus individualidades, capaces de desequilibrar cuando le dan la posibilidad. Y Australia no le dio una sino tres y Holanda no perdonó.

Australia jugó un gran primer tiempo. Incluso pudo irse al descanso en ventaja. Fue preciso, eficiente, práctico. Desde el comienzo controló el balón y si bien no pisaba con riesgo el área de los holandeses, tenía el dominio del juego. Hizo lo que tenía que hacer, le quitó la pelota a Holanda y los de Van Gaal sin volumen de juego se diluyeron en imprecisiones e intentos fallidos.

Muy buen partido hasta ahí de Bresciano, Leckie y Cahill. Punzantes, atrevidos, despojados del temor que puede inspirar el tremendo conjunto de los países bajos. Se equivocaron una sola vez. Perdieron una pelota en el medio, quedaron mal parados y el balón le llegó nada menos que a Robben. El resultado era previsible. Pero ni bien sacó del medio Australia llegó al empate con un golazo de Cahill que, junto al de Leo Messi, estará seguro entre los mejores del Mundial. Después de eso, las mejores chances fueron para los de Oceanía.

En el segundo tiempo quedaron definitivamente marcadas las características del encuentro. Siguió siendo prolijo Australia y aunque Holanda tuvo un poco más la pelota, los dirigidos por Postecoglou le siguieron jugando de igual a igual a Van Persie, Robben y compañía. Pero los errores que cometió Australia, Holanda no los perdonó. En cambio Australia no supo o no pudo capitalizar lo que tuvo a su disposición.

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