Jorge Ibáñez, a un año de su muerte

Hace un año que el diseñador Jorge Ibáñez perdía la vida como consecuencia de una falla cardíaca. Tenía tan solo 44 años. Hoy, sus amigos y familiares lo siguen recordando cada vez que pueden, al tiempo que su mamá Mabel presenta una nueva colección en su nombre. Asimismo, y mediante Twitter, muchos se acordaron del aniversario del fallecimiento del diseñador y le dedicaron unas sentidas palabras.

Mabel Ibáñez: «Cada día que pasa lo extraño más»

«Se van a cumplir 365 días de que mi hijo no me dice mamá, ¿vos podés creerlo? Yo todavía no», así comienza la charla con Mabel Ibáñez. El último lunes, ella abrió el BAAM (Buenos Aires Alta Moda) con un desfile que llamó «Luz y amor», donde presentó la nueva colección otoño/invierno Jorge Ibañez by Mabel. «Lo titulé ‘Luz y amor’ porque Jorge era eso. Un ser iluminado, siempre positivo, que lo quería todo el mundo y que no paraba de dar amor», asegura a Personajes.tv. Hoy, se cumple un año de su muerte y sus familiares y amigos más íntimos le organizaron una misa en su memoria en la iglesia Del Pilar, en Recoleta, barrio que él amaba desde pequeño.

-A doce meses de su muerte, ¿cómo está?

-Peor. Cada día que pasa tengo más angustia, lo extraño más, lloro muchísimo en mi casa. No tengo ganas de hacer nada. Lo único que me da ánimo es continuar lo que él construyó durante todos estos años en el mundo de la moda. Cada vez que entro al local me paro frente a un hermoso retrato que muestra su bello rostro y le pido perdón. Perdón porque Jorge es el dueño de esto, yo simplemente era su mamá, que lo acompañaba en este sueño maravilloso que tuvo desde que era chiquito. Lo único que me consuela es saber que tuvo una muerte divina porque ni se dio cuenta. Mi hija que es cardióloga me dijo: «Mamá, es como si desenchufo un televisor».

-¿Qué extraña cotidianamente?

-Lo extraño horrores a mi hijo. Extraño todo, su presencia, su alegría, su forma de trabajar, sus chistes. Siempre tengo algún amigo personal de Jorge acá sentado en el local porque no me quieren dejar sola, preocupándose por mí y por mi marido. Me vienen a visitar, me llaman, me miman, me mandan regalitos. Siempre están.

 
Mabel nos contó que en los próximos días con su marido se van a ir a instalar en el departamento de su hijo. «Ese lugar guarda momentos inolvidables».  Foto: Gerardo Viercovich

El rincón donde Jorge solía diseñar sus destacados trabajos se mantiene igual a como estaba la última vez que estuvo en el local. Su carpeta y lapicera están intactas. «Allí, en su sillón, donde creó tantos vestidos que hicieron felices a tantas mujeres, solo me siento yo», aclara Mabel. «Pensar que el día anterior a su muerte me llevó a recorrer el local con todas las luces encendidas. Me preguntó si todo esto parecía Channel y yo le contesté que era más lindo y ahí se puso chocho», recuerda.

-Analizándolo a la distancia, ¿esa escena la siente como una despedida?

-Ahora sí, pero en aquel momento, ¡cómo me iba a imaginar que al otro día mi hijo iba aparecer muerto en la habitación de su departamento.  Yo le comenté esta anécdota a un sacerdote y me dijo que en algunos casos hay avisos, pero que en general no suelen existir. El sacerdote me aseguró que Jorge esta en la gloria de Dios porque fue un santo, parece que siempre se preocupaba por ayudar. Nunca dijo nada, lo hacía desde el más absoluto silencio. Yo me vengo a enterar ahora. Era muy generoso.

-¿En estos meses se aferró más a la fe?

-No lo necesité porque en mi familia siempre fuimos muy creyentes. El día que Jorge murió llovía mucho, mucho, pero en un momento apareció el sol y salió el arco iris. ¿Sabés qué significa eso? La Biblia dice que cuando María lleva a alguien de su agrado, el arco iris aparece y esa imagen la tengo fotografiada.

 
«Lo único que me consuela es saber que tuvo una muerte divina porque ni se dio cuenta».  Foto: Gerardo Viercovich

-¿Alguna vez pudo soñar con él?

-Sí, a los dos días de que sus restos descansaran en el cementerio de la Recoleta. No había una imagen, fue solo una frase: «Mamá llegué», como solía hacer todas las noches cada vez que abría la puerta de su casa para que yo me quedara tranquila. En ese momento, me di cuenta que ya había llegado al cielo, que estaba con Dios. Eso me dio mucha paz.

-¿Pudo regresar al departamento de su hijo?

-Todavía no. La señora que cuida y limpia el departamento de Jorge asiste todos los días hasta algunas veces se queda a dormir. Mi marido va día por medio a regar las plantas, pero voy a ir, ya estoy mejor como para poder dar ese paso. Además, en los próximos meses con mi marido nos vamos a ir a vivir ahí. No puedo llevarme ni un cucharita de mi casa porque él tenía de todo, hasta regalos sin abrir. Va a ser lindo instalarnos en su departamento porque ese lugar guarda momentos inolvidables. Era un hijo maravilloso.

-¿Cómo lo definiría a Jorge?

-Era muy familiero. Siempre pensaba en los demás y no tanto en él. Increíblemente sensible. Un hombre lleno de luz y amor, así lo recuerdo yo.

Frases que nos dejó la charla

  • «Flor de la V no lució vestidos de las últimas colecciones, calculo que no debe ser fácil para ella. Jorge era único».
  • «El siempre me decía que le gustaba viajar conmigo porque yo era la única que no lo engañaba, no lo defraudaba y no lo molestaba. Nos alojábamos en distintos pisos del hotel para resguardar nuestra intimidad».
  • «Nunca cobré un sueldo por trabajar junto a Jorge, lo hacía sólo por el amor que una madre le puede tener a su hijo».