Aumentó la pobreza en el país

Un cuarto de los argentinos vive en la pobreza. A pesar de que el Gobierno parece querer borrarlos de las estadísticas oficiales, expertos en la materia afirman que a fines del año pasado había en el país 9,6 millones de pobres.

Un informe elaborado por técnicos que fueron desplazados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) después de la intervención del Indec, en 2007, estimó que el número de personas en esa condición aumentó 4,4 puntos porcentuales entre el segundo semestre de 2013 y el mismo período de 2014, un año caracterizado por la devaluación dispuesta por el Gobierno. Algunos informes de consultoras privadas son incluso más pesimistas: un trabajo de la consultora Ecolatina indicó que 2014 terminó con 27% de pobreza. La variación interanual es prácticamente igual a la que presentan los ex trabajadores del organismo oficial.

En la comisión técnica de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado)-Indec afirmaron que un 25,1% de los argentinos era pobre a fines de 2014. Un año atrás, su propio cálculo era de 20,7%. Sin embargo, en la comparación con el primer semestre de 2014 se ve una desaceleración de cuatro décimas por «cuestiones estacionales».

El Indec dejó de publicar las estadísticas sobre pobreza a fines de 2013 por «problemas de empalme», según advirtió el entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Agregó que el Gobierno había «erradicado» la pobreza. La cifra oficial difundida para el segundo semestre de 2013 fue de 4,7%. En ATE la estimaban en casi 15 puntos más.

En las últimas semanas el debate sobre la pobreza volvió a calentarse cuando el ministro de Economía, Axel Kicillof, sugirió que el número de pobres no se difunde por una decisión política, ya que tal medida implicaría la «estigmatización» de esos ciudadanos.

El actual ministro coordinador, Aníbal Fernández, fue menos sutil. «El Estado no está para contar pobres», dijo. En la misma sintonía, el director del Indec, Norberto Itzcovich, publicó días atrás una columna en Ámbito Financiero en la que argumentó: «No resulta fácil medir la pobreza». Según su explicación, de acuerdo con los insumos que publica el Indec y con el gusto de los investigadores, existen 6000 formas de calcular la pobreza. No obstante, el organismo que dirige no difunde ninguna.

Tal vez como una respuesta, en el sector académico -fuertemente criticado por el Gobierno, igual que las consultoras- se avanza en ese sentido.

Según pudo saber LA NACION, dentro de un mes el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dará a conocer tres indicadores de pobreza: uno medido por ingresos, otro basado en las necesidades básicas insatisfechas (NBI) y uno con un enfoque multidimensional.

El último informe de la UCA, elaborado en 2013, afirmaba que la pobreza se ubicaba entre 25,6 y 27,5%, según las dos canastas de productos y servicios que mide la universidad.

Los técnicos de ATE-Indec -que calculan sobre la base de los ingresos- afirmaron que la canasta básica total (la que fija la línea de pobreza) costaba a fin del año pasado 6384 pesos, lo que implica un incremento trimestral de 4,6% en comparación con el tercer trimestre del año pasado, cuando costaba $ 6101. Por otro lado, la canasta básica alimentaria (que pone un piso a la indigencia) fue de $ 2800 a fines de 2014. Un trimestre atrás era de $ 2676.

El documento, que será presentado hoy en el habitual abrazo al Indec que realizan todos los meses los trabajadores opuestos a la intervención, afirma que a fines de 2014 había en la Argentina 2.161.000 indigentes. Esto significa que un 5,6% de los argentinos no podía acceder a la canasta mínima para procurar su alimentación.

Cuando a comienzos del año pasado Kicillof y su equipo presentaron el nuevo IPCnu -elaborado a instancias del Fondo Monetario Internacional-, dejaron de difundir las canastas mensuales que sirven para calcular la pobreza y la indigencia. Tampoco publicaron los precios promedio de productos y servicios -escondidos desde 2008- ni las composiciones y ponderaciones de las diferentes canastas regionales que se usan para calcular la inflación.

«Para justificar la ausencia de información es que surge el burdo cuestionamiento al método de medición de la pobreza por ingresos, cuando casualmente este indicador, en las mediciones alternativas realizadas por distintos centros de investigación y por esta junta interna, comenzó a mostrar un aumento de los hogares y personas en esa situación. Esto es lo estigmatizante que el Indec y el Gobierno quieren ocultar», afirmaron en ATE.

PESIMISMO ENTRE LOS PRIVADOS

Los cálculos de los economistas privados sobre la cantidad de pobres en la Argentina son más pesimistas que los de los técnicos desplazados de ATE-Indec. Según Ecolatina, en 2014 la pobreza afectó -en promedio- al 27% de la población, lo que significó un incremento de 5,7 puntos porcentuales en un año. En tanto, la indigencia golpeó en ese mismo período a un 10% de los argentinos (un alza de 3,3 puntos).

«El crecimiento es más que importante, ya que implica que el año pasado 2,2 millones de personas cayeron en la pobreza y otros 1,2 millones, en la indigencia. De esta manera, la pobreza afectó durante el año pasado al mismo porcentaje de la población que en 2009», afirmaron, haciendo referencia al año de la crisis financiera internacional. ¿Las causas? La devaluación de enero de 2014 y el ajuste anual sobre los salarios, dijeron en la consultora.