El empleo en blanco acumula 13 meses de caída y el salario se desplomó fuerte en el último año

Según datos oficiales, el empleo registrado para el mes siguiente a las PASO tuvo un descenso de 2,6% para el total de los aglomerados, con lo que se acumulan 13 meses consecutivos de destrucción de puestos de trabajo netos. Además, el salario real promedio cayó un 4% para agosto en los últimos 12 meses, desplome aún más pronunciado para los que menos ganan.

Cada día que avanza la larga transición de más de 40 días que atravesará el país desde las elecciones generales, queda más expuesta la «pesada herencia» que Mauricio Macri le dejará a Alberto Fernández. En este caso, de acuerdo con lo relevado por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Producción y Trabajo, el Índice de Empleo para septiembre de 2019 se desplomó un 2,6% para el total de los aglomerados y se acumulan 13 meses consecutivos de destrucción de puestos de trabajo netos.

Según los números de la cartera que encabeza Dante Sica, las tasas de entrada y salida de empleos en blanco fueron 1,6% y 1,9% respectivamente. Todos los aglomerados presentaron variaciones interanuales negativas con excepción de Gran Mar del Plata, que subió 2,6%.

Con relación a un año atrás, el empleo total se redujo en 125.000 ocupaciones, en especial por el retroceso entre los asalariados privados.

Todas las ramas de actividad presentaron variaciones negativas en comparación con un año antes, con excepción de servicios comunales, sociales y personales, que aumentó 1%, por estar asociado al crecimiento vegetativo de la población.

Por el contrario, en la construcción la ocupación de personal cayó 10,5%; y en menor medida en la industria manufacturera 4,2%; comercio, restaurantes y hoteles 3,8%; transporte, almacenaje y comunicaciones 1,9%; y servicios financieros y a las empresas 1,4 por ciento.

Una vez más desde que se inició el proceso de contracción de la demanda de obra y baja natural de puestos de trabajo, por retiro, salida del país y rotación en busca de mejores oportunidades o emprendimientos, el empleo registrado por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), principal base de la estadística que procesa el Ministerio de Trabajo y Producción, reveló que la franja de los asalariados en el sector privado fue la que acusó el mayor peso de la recesión, junto con la de los autónomos. En ambos casos, se anotaron sendas caídas de 2,3% y 2,5%, respectivamente, a 6.072.500 personas, en el primer caso; y 391.900 en el segundo.

En cambio, en el conjunto de la administración pública nacional, provincial y municipal, el dato provisorio para agosto reveló un crecimiento de la nómina en 0,5%, a 3.186.500 personas, como ocupación principal. 

MALAS PERSPECTIVAS

Las empresas de entre 10 y 49 empleados presentaron un descenso interanual de 1,9% en el empleo, las de entre 50 y 199 de 2,4%, y las de 200 y más empleados redujeron su dotación en un 3,2% en relación a un año atrás.

Por si estos números negativos fueran poco, sólo el 4,3% de las empresas espera aumentar su dotación de personal en los próximos tres meses, mientras que el 4,8% cree que disminuirá. Así, las expectativas netas de aumento de personal fueron negativas en 0,4 puntos porcentuales. Como contrapartida, el 90,9% de las empresas espera no alterar su dotación en los próximos tres meses.

MENOS PLATA EN EL BOLSILLO

No sólo hay menos trabajo registrado y hay pocas chances de que, en los próximos tres meses, las compañías contraten personal, sino que además en los últimos 12 meses el bolsillo de los argentinos siguió perdiendo plata. “El salario nominal promedio aumentó un 48,3% en el mes de agosto respecto de un año atrás”, sostiene la EIL, pero como en a ese mismo mes la inflación fue del 54,5% interanual, eso significa que durante ese período hubo una caída del salario real del 4%.

El salario promedio formal en agosto fue de $ 46.405, pero la mitad de 6.072.500 trabajadores percibió menos de $ 36.207. Este valor es un 43% mayor al de un año atrás, lo que representa una pérdida del salario real del 7,4%. De este modo, no sólo todos perdieron contra la inflación, sino que los que menos ganan tuvieron una caída aún mayor del poder de compra salarial que el resto.