El kirchnerismo lidera la intención de voto

Por Demian Verduga

Faltan poco más de tres semanas para que el calendario marque el inicio formal de un año electoral que, en términos políticos, hace meses que está en curso. Según consignó Tiempo Argentino, el enigma fundamental de la contienda que se avecina no es diferente del que habitó las elecciones presidenciales que se celebraron en otros países de la región en los últimos meses: ¿ha llegado a su ocaso el ciclo político iniciado en el año 2003? Las encuestas, que siempre son una foto en medio de la película, siguen confirmando que, al menos, el Frente para la Victoria tiene resto para dar la disputa.

Según una muestra telefónica nacional de 1200 casos, que la consultora Ricardo Rouvier y Asociados realizó entre el 17 de noviembre y el 1 de diciembre, la suma de la intención de voto de los precandidatos del FPV indica que el kirchnerismo ganaría las PASO del año que viene con el 32,6 por ciento. La encuesta, a la accedió Tiempo Argentino, ubicó al oficialismo como primera fuerza, sacándole 12 puntos a la segunda, que es el Frente Renovador (FR) y que tiene –por ahora– como único precandidato a Sergio Massa, con 20 puntos. En tercer lugar se ubica el PRO de Mauricio Macri, que también cuenta con la exclusiva precandidatura del jefe de gobierno porteño y que mide 16,2. El Frente Amplio UNEN (FAU), golpeado por su interna respecto de la posibilidad de ampliar la alianza a nivel nacional, está en cuarto puesto. Sumando las preferencias de voto de sus cuatro precandidatos, el FAU obtuvo el 13,2%, ya sin Elisa Carrió en la grilla. Los indecisos representaron casi el 12 por ciento.

A estos indicadores hay que sumar un dato que tendrá impacto electoral: la imagen de la presidenta. A tono con lo que han mostrado varios sondeos los últimos meses, Cristina Fernández conserva un 50,8% de valoración positiva.

EL NORTE DEL FPV. Las cifras del oficialismo indican varias cosas. En esta encuesta se encuentra a ocho puntos de superar el 40%, cifra necesaria para tener la chance de ganar en primera vuelta, siempre y cuando el segundo quede a más de 10 puntos de distancia. Para el objetivo de triunfar en la ronda inicial, además de crecer, el kirchnerismo necesitará que el candidato que gane su PASO retenga a los votantes del resto de los competidores.

«El dirigente que triunfe tiene muchas posibilidades de preservar a todo los votantes», explicó a Tiempo Ricardo Rouvier, director de la consultora que lleva su nombre. «En eso influye mucho el alto nivel de imagen positiva de Cristina. Funciona como un factor aglutinador, que será todavía más fuerte si ella se involucra en la campaña luego de las primarias.»

A la hora de evaluar en qué cantera podría pescar el oficialismo más adeptos de los que tiene hoy, siempre con los 40 puntos como norte, el consultor señaló que podrían salir de «los indecisos que todavía son muchos» y de «algunos votantes peronistas de Massa». «Estos pueden terminar cambiando de opción para conservar lo logrado por el kirchnerismo.»

DILEMAS OPOSITORES. En el espectro opositor, uno de los datos relevantes es que hay varios indicadores que se repiten respecto de encuestas anteriores. El massismo, con 20 puntos de intención de voto, no ha presentado cambios. «Lo tenemos en el mismo nivel hace varias mediciones –explicó Rouvier–. No cae ni crece. Podría decirse que está estancado, aunque conserva un buen caudal.» En caso del PRO, cuyo único precandidato es Macri, el consultor señaló que el crecimiento que tuvo el jefe porteño, que midió 16,2 en el últimos sondeo, «se detuvo hace unos meses en los niveles en los que se encuentra ahora».

No es igual la situación del Frente UNEN, que está por debajo del 14%, cifra que implica un retroceso de unos cuatro puntos en comparación con encuestas previas. La interna que sacudió a la coalición panradical desde su nacimiento, impulsada por la posibilidad de cerrar una alianza nacional con el macrismo, a la que se sumó luego la idea de ciertos sectores que impulsan una primaria de toda la oposición, es la principal responsable de la caída. «La indefinición les ha jugado en contra», subrayó Rouvier. Sin embargo, el analista brindó un dato que podría darles cierta esperanza a los dirigentes del FAU. «La mayoría de los votantes que se desencantaron con UNEN pasaron a engrosar las filas de los indecisos. Todavía no se inclinaron por otra opción.»

LOS QUE TIENEN PASO. Las únicas fuerzas que, hasta ahora, tendrán una primaria con varios precandidatos son el FPV y UNEN, ya que las otras presentan uno solo.

En el caso del kirchnerismo, los dirigentes medidos fueron seis: los gobernadores Daniel Scioli y Sergio Urribarri; los ministros Florencio Randazzo y Agustín Rossi; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; y el senador Aníbal Fernández. Según las cifras de Rouvier, el mejor posicionado para la contienda interna fue el mandatario bonaerense, con el 16,9% del 32,6 que tiene el FPV. Es decir: Scioli sacaría alrededor del 50% en la primaria kirchnerista. Lo sigue Randazzo, que midió 8,7, lo que implica algo más de un 25% en la interna. Detrás, algo más lejos, está el resto del pelotón oficialista.

Un dato para tener en cuenta: hay altas posibilidades de que esta competencia, que hoy es de seis, termine siendo de dos o tres. Es lo que indicaría el «sentido común» político-electoral. Esto –lógicamente– reacomodaría los números.

Luego de la incendiaria renuncia de Lilita, en el tablero del Frente UNEN quedaron en pie cuatro competidores internos. Son los radicales Julio Cobos y Ernesto Sanz, el socialista Hermes Binner y el líder de Proyecto Sur, Fernando «Pino» Solanas. En la encuesta, Binner encabezó con 7,4%, lo que implicaría casi el 60% de la intención de voto al traspasar ese número a la PASO de la coalición. Su principal rival es Cobos. El ex vice midió alrededor de cuatro puntos, lo que le daría 30 en la primaria del FAU. Su correligionario Sanz logró uno por ciento, es decir, siete puntos de la PASO, y Solanas estuvo unas décimas por debajo.

Para cerrar, una reflexión de Rouvier sobre su propio sondeo. Dijo: «Todavía estamos lejos de las elecciones, así que el escenario puede moverse mucho.»