Fein quiere saber quién llamó a Lagomarsino

Viviana Fein ordenó a la división Cibercrimen de la Metropolitana que investigue los llamados telefónicos entrantes y salientes de Diego Lagomarsino del 18 de enero, día que murió Alberto Nisman. El auxiliar policial Ezequiel Sallis dejó asentado en un acta -en el marco del peritaje informático sobre los teléfonos y computadoras de Nisman- que la fiscal le pidió «personalmente» que la experticia determinara «si en el celular de Lagomarsino existe una llamada entrante a las 19:01». Fein no explicó por qué pidió ese dato preciso, precisó Tiempo Argentino.

«Luego de analizar el contenido del mencionado teléfono (Ndr: el de Lagomarsino) se determinó que no existe tal registro y que los más cercanos se corresponden con una llamada entrante a las 12:04:27», de un número identificado en la agenda del aparato como «11emergencia». La defensa de Lagomarsino sostiene que el teléfono, que termina en «7411», es de su esposa.

Esa comunicación duró 39 segundos y, por el horario, es compatible con la secuencia en que se produjo el disparo que acabó con la vida de Nisman. Según el informe mayoritario de la junta médica, el ex fiscal falleció en un rango horario que va desde el mediodía hasta la primera tarde del 18.

Hay otra llamada, también entrante y desde el mismo número «11emergencia» a las 20:26:49, cuando Nisman ya había muerto. Un horario compatible con el de las 20:07.

Los peritos informáticos reportaron que había existido a esa hora un procedimiento extraño en la PC de Nisman, supuestamente la conexión de tres pendrives. Esa información fue luego descartada por los propios peritos, quienes lo atribuyeron a un error del sistema operativo Windows 7, instalado en la notebook.

Lagomarsino casi no utilizó su celular ese domingo. «Se deja constancia que no existen registros de algún tipo de llamadas entre ambas», es decir las dos provenientes de esa enigmática identificación «11emergencia» al mediodía, cuando murió Nisman, y por la noche, un par de horas antes de que fuera hallado el cadáver.

Nisman recibió el día de su muerte otros dos llamados que no pudo atender. Uno, a las 13:46:45, proveniente del teléfono del custodio Luis Miño, quien a esa hora intentaba contactarlo y comenzaba a alarmarse porque el fiscal no respondía a sus llamados.

El otro es extraño: el 19, cuando su muerte era tema prioritario en los medios, a las 13:19:02, se comunicó con su teléfono el custodio Rubén Benítez, quien declaró que el fiscal le había pedido asesoramiento para comprar un arma.

Fein estaba a la búsqueda de datos sobre una llamada de Nisman a Lagomarsino el sábado por la tarde, cuando supuestamente lo estaba «apurando» para darle la Bersa 22 que acabó con su vida. Así, llegó hasta un teléfono de línea que hasta ahora era desconocido. Y luego pidió el detalle de los llamados del domingo.

Ayer también se conoció cuál fue el virus que infectó el celular de Nisman: un “troyano” enmascarado bajo la forma de un documento “pdf”.

Todo parece indicar que Nisman fue engañado. A su teléfono Motorola xt626 llegó un archivo con el título “estrictamente secreto y confidencial.pdf.jar”. Acaso creyendo que se trataba de un documento importante, lo abrió sin advertir la extensión “.jar”. Allí estaba el virus. Los peritos de las partes, así como los de la Metropolitana, consignaron que se trata de “un programa que realiza actividades sin conocimiento ni autorización del usuario” del teléfono celular.

Los expertos Gustavo Presman, por la querellante Sandra Arroyo Salgado; Marcelo Torok, de la defensa de Lagomarsino; el oficial mayor Javier Ezequiel Come y Sallis, exportaron el archivo y lo sometieron al análisis. El resultado indicó que «es reconocido como un archivo malicioso por 28 aplicaciones antivirus».

Por el tipo de virus, sólo permite para quien lo hubiera enviado tener acceso a fotos, archivos, mensajes de texto o chats pero no interceptar las comunicacionesa. Podía saber qué fotos había sacado, con quién había chateado o intercambiado Whastsapp, pero no escuchar sus conversaciones.

De cualquier modo, los peritos informáticos reconocieron sus limitaciones para determinar los alcances del troyano. Fein convocó a dos empresas de seguridad informática.