Las protestas contra Dilma

Las expresiones democráticas de quienes salieron a las calles de muchas ciudades brasileñas a exigir que se le ponga un freno a la corrupción fueron capitalizadas ayer por los grupos de la ultraderecha que pidieron, sin eufemismos, el regreso de los militares al poder y la instalación de una dictadura como la que asoló al país entre 1964 y 1985. En medio de uno de los grupos golpistas, la agencia dpa entrevistó a Ricardo Barbosa, un comerciante de 49 años, poco más que un adolescente cuando la dictadura emprendió la retirada, para quien «el militar tiene que actuar y volver».

Las consignas que convocaron al intervencionismo militar, como «SOS. FFAA», u otras que tildan al oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y al gobierno de Rousseff de «comunistas», volvieron a dominar la jornada, en algunos casos, en grupos organizados de derecha, como la Unión Nacionalista Democrática (UND) y Patria Amada Brasil, anticomunistas e integrados mayoritariamente por militares y ex militares.

El acto carioca contó con la presencia ya habitual de un manifestante disfrazado de Batman, que arengó a los manifestantes hablando de la corrupción en Petrobras –que involucra a dirigentes del PT y otros partidos– y la crisis económica. «El PT construyó una red gigante de corrupción y hay que terminar con ella», agregó Eron Melo, de 34 años. En todos los actos el juicio político contra la mandataria, sintetizado en «Fuera Dilma», fue la demanda replicada en millares de pancartas.

El diario carioca O Globo reflejó en su página web la opinión de los argentinos Ramiro Rivas y Marcela Yranzo, y destacó que «quedaron boquiabiertos ante un gran pasacalle que pedía la intervención militar». Según el relato del diario, la pareja, que se hospeda en el Othon Hotel de la avenida Atlántica de Copacabana, se «sintió deprimida» cuando leyó el cartelón: «Esta gente perdió la cabeza», dijo Rivas mientras sacaba fotos. Para Marcela, «esto de aquí es un carnaval, no tiene ninguna sobriedad». Y Rivas agregó: «Un carnaval de gente con mucha plata, basta con ver sus automóviles.»

Junto con Rousseff, lidera la lista de repudiados su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva. Al igual que la mandataria, en las marchas de ayer el fundador del PT –el dirigente político con mayor imagen positiva– fue tildado de corrupto y ladrón, entre otros calificativos. «Lula padre del mensalão, Dilma madre del Petrolão», decían unas pancartas aludiendo a las irregularidades en Petrobras y a un escándalo que sacudió al gobierno de Lula.