Máxima sanción a los alumnos cobardes del Normal

No deben ser amparados por nadie de nuestra sociedad. Ni los profesores, los padres y hasta sus propios compañeros. Los mendocinos que circulamos diariamente por el lugar debimos soportar una serie de cortes parciales que reclamaban esclarecer esta enorme cantidad de amenazas telefónicas anónimas que sacaron a todos de la tranquilidad habitual.

Los reclamos cada vez fueron más importantes y los padres ponían en tela de juicio a las autoridades escolares y de seguridad haciéndoles saber la necesidad de esclarecer este tipo de acciones ocultas en la clandestinidad.

Sin embargo, los profesionales se tomaron su tiempo para dar con los autores de estas comunicaciones amenazantes hacia toda la comunidad educativa de la escuela Tomás Godoy Cruz y en las últimas horas dieron a conocer oficialmente que dos alumnos del colegio y en complicidad con otros cinco son los autores de estos hechos.

Por cierto, deberá caer sobre ellos todo el peso de la Ley a pesar de ser menores de edad y también deberán ser convocados los padres de estos alumnos con ánimo desestabilizante en todo sentido.

Ahora, con el silencio de los educadores quienes no salieron a dar explicaciones del caso, el lógico hermetismo de los padres que  cortaron arterias pidiendo justicia pero que no lo harán ahora cuando la situación ha sido controlada, la constante fumata de marihuana de los pibes a toda hora en la plaza Independencia, la vida seguirá siendo normal y otros temas coparán las primeras planas.

Pero no habrá que olvidar nunca, que en este colegio que se educan hombres y mujeres de nuestra sociedad y que históricamente tuvo un nivel medio de concurrencia, el presente indica que no están pasando por un buen momento puertas adentro del establecimiento y alguien tendrá que poner freno a tanta indisciplina junta que se transmite también a lo que ocurre diariamente en las inmediaciones externas del Normal.

 

Redacción/Juan Carlos Martínez