Prioridades presupuestarias del PRO

El modelo utilizado en la CABA que se proyecta para la Argentina es el refuerzo de la seguridad con más efectivos en las calles y la reducción de los programas sociales.

Hace pocos días una buena parte del pueblo argentino colocó a Mauricio Macri en el primer balotaje de nuestra historia. Con más del 34% de los votos válidos, Cambiemos alcanzó la posibilidad de competir el 22 de noviembre con un mensaje de rectificación y renovación.

Lo cierto es que el PRO lleva ocho años al frente de la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires, lo que permite observar qué prioridades tiene a la hora de asignar y ejecutar los gastos. Los números no dejan margen para dudas: el modelo de Cambiemos para el país pasa por reforzar la seguridad (entendida como más efectivos en las calles) y retraer los programas sociales, consignó Tiempo Argentino.

Un botón de muestra

¿Cómo se reflejan las prioridades del PRO en materia de gastos? El último dato disponible es la ejecución al mes de junio, es decir, superados los primeros dos trimestres del año. De acuerdo a los datos de ASAP, un alto número de partidas sensibles en materia social ha sido subejecutada, mostrando que la eficiencia en la gestión no es un activo de la administración PRO.
Al mes de junio los valores deberían aproximarse a un porcentaje de ejecución del orden del 50 por ciento. Observemos: la Jefatura de Gobierno, comandada por Rodríguez Larreta, por ejemplo, no ejecutó siquiera el 3% de lo destinado a promoción y capacitación de niños, mientras que tampoco alcanzó el 16% en el caso de servicios de emergencia y programas transversales.

El área de cultura sufrió una enorme subejecución en varios programas, proyectos, incentivos y especialmente acceso cultural en barrios (2,3%).

Por su parte, la educación, uno de los supuestos pilares del proyecto macrista en la nación, evidencia la verdadera desatención que tiene para el PRO: la infraestructura escolar fue ejecutada en menos del 30%, la mitigación de riesgos tuvo peor suerte (sólo se ejecutó el 16%) y la educación digital apenas superó el 22 por ciento. Lo más grave probablemente sea la subejecución en asistencia alimentaria ya acción comunitaria, donde sobre 1200 millones de pesos presupuestados, sólo se habían ejecutado 365.

La vivienda, otra de las promesas de campaña del PRO, tampoco resulta prioritaria en materia de ejecución: los programas de hábitat y mejoramientos de villas apenas redondearon una ejecución del 20 por ciento. En el caso de la transformación de villas el porcentaje de ejecución fue directamente nulo (0%).

Algunos programas especiales de carácter estructural (riesgo hídrico, reciclado y mantenimiento de la vía pública) exhibían registros de ejecución igualmente alarmantes (0,1%, 14,5% y 19,5% respectivamente), demostrando que la ciudad no está “haciendo los deberes” para subsanar fallas claves de la infraestructura urbana que el PRO suele presentar como elementos positivos de su gestión. Por cierto, el programa de desarrollo integral infantil apenas ejecutó un quinto de lo que tenía presupuestado.

Eso sí, los gastos de publicidad y propaganda habían sido sobreejecutados en junio, con un porcentaje que superaba el 62 por ciento.