Estados Unidos reforzará la lucha contra el Estado Islámico

El secretario de Defensa, Ashton Carter, anunció que Estados Unidos reforzará su campaña militar contra el grupo yihadista en Irak y Siria, lo que se traducirá en más ataques aéreos y «acciones directas sobre el terreno».

Carter presentó la nueva estrategia durante una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado.

El secretario de Defensa detalló que los «cambios» estarán centrados en reforzar la campaña contra los yihadistas en la provincia siria de Raqqa y en Ramadi, capital de la provincia iraquí de Al Anbar.

«No vamos a contenernos a la hora de apoyar» operaciones contra el EI o de «realizar esas misiones directamente, ya sea con ataques desde el aire o acciones directas sobre el terreno», anticipó Carter ante los senadores.

Carter citó como ejemplo la operación de las fuerzas especiales llevada a cabo la semana pasada en Irak y que derivó en la liberación de 70 rehenes que estaban en poder del EI.

El brigada Joshua Wheeler falleció en esa operación y se convirtió en la primera víctima mortal estadounidense de una acción de combate directo con el EI.

Durante la audiencia, el jefe del Pentágono reiteró las críticas del Gobierno estadounidense a la campaña militar iniciada por Rusia en Siria y denunció que las fuerzas rusas «están atacando principalmente a la oposición siria», lo que contribuye a «alimentar» la «trágica guerra civil» en ese país.

La semana pasada, funcionarios de Defensa de Estados Unidos y Rusia firmaron un acuerdo para que sus aviones eviten incidentes en Siria.

«No estamos cooperando con Rusia y no estamos dejando que Rusia impacte el ritmo y el alcance de nuestra campaña contra el EI en Irak y Siria», puntualizó hoy Carter sobre ese acuerdo al destacar que el objetivo de EE.UU. es seguir «fortaleciendo» la coalición internacional contra los yihadistas integrada por 65 países.

El pasado viernes el presidente de Estados Unidos., Barack Obama, anunció el nombramiento de Brett McGurk como su nuevo enviado especial para esa coalición internacional, en sustitución a partir del próximo mes del general John Allen, quien ejerce ese cargo desde septiembre de 2014.

Antes de Carter, había expuesto ante la misma comisión del Senado el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general del cuerpo de marines Joseph Dunford.

Según Dunford, sería conveniente agregar fuerzas estadounidenses a las tropas iraquíes para aumentar las probabilidades de derrotar a los yihadistas.

«Si tuviera un impacto operativo o estratégico y pudiéramos reforzar el éxito, ése sería el esquema básico que yo recomendaría para ubicar fuerzas adicionales junto a las unidades iraquíes», explicó en la audiencia pública.

En opinión de Dunford, apostar fuerzas estadounidenses junto a las iraquíes tendría tres impactos positivos: aumentaría la coherencia de la campaña militar, aseguraría la efectividad de la logística, pondría más en alerta la inteligencia, y mejoraría la entrega combinada de armas.

El Washington Post ya había informado que los consejeros de seguridad nacional estadounidense en la Casa Blanca y Obama estaban contemplando escalar significativamente su intervención contra el Estado Islámico (EI) y apostar tropas en el terreno en Siria e Irak.

Según el diario, esta decisión indicaba la «creciente insatisfacción de la Casa Blanca con el resultado de la lucha contra el EI y una nueva arremetida del Pentágono para expandir la participación en conflictos de largo plazo» en países de ultramar.

La lista de opciones, explicó el diario, surgió de los comandantes en el terreno de operaciones, y había sido vetada por el secretario de Estado, John Kerry, y por el propio Ashton Carter, quien, sin embargo, buscaba una ampliación del compromiso bélico en Irak, Siria y Afganistán.

La cantidad de tropas involucradas no se conoce, pero sería de pequeña magnitud, afirma el diario. Las recomendaciones responden a la preocupación de Obama con el empantanamiento de las acciones de la coalición liderada por Estados Unidos en Irak y Siria.

La precandidata presidencial demócrata con más probabilidades de llegar a la candidatura presidencial, Hillary Clinton, afirmó por su parte que está a favor de una de las más onerosas medidas alternativas, el establecimiento sobre Siria de una zona de exclusión aérea, que implicaría mucho más personal en el país del Medio Oriente.

Rusia está colaborando con el gobierno sirio de Bashar al Assad con una misión de bombardeos aéreos que apoyan a las tropas de Damasco en el terreno, que avanzan desde entonces sobre el EI con mejores resultados, aparentemente, que la coalición encabezada por Estados Unidos.

Una medida de este tenor, sin embargo, pondría a las tropas estadounidenses en riesgo de enfrentar directamente al gobierno sirio, que Estados Unidos pretende derrocar a través del apoyo a milicias que suelen convertirse en yihadistas, o con fuerzas rusas e iraníes, dicen analistas.