Lapeña consideró que el valor interno del petróleo «debería bajar» de los actuales US$ 67,5 el barril criollo de crudo, a los US$ 43 que cotiza en el mercado internacional.

«Los precios de la electricidad y el gas necesitan una readecuación hacia la suba, pero no en el caso del petróleo, que está sobrevaluado, y tiene que bajar porque hace que los argentinos paguemos la nafta y el gasoil más caros de lo que deberíamos estar pagando»; indicó Lapeña a Télam.

El ex secretario de Energía durante el gobierno de Raúl Alfonsín puntualizó que «es preciso diferenciar los precios, de las tarifas»; y remarcó que «unos son los que se pagan por producir la energía, y las otras por su transmisión, su distribución y su comercialización».

Respecto de los precios del gas en boca de pozo, actualmente en US$ 4,50 o US$ 5 el millón de BTU (unidad de medida del fluido), según la cuenca, Lapeña señaló que «es preciso estudiar con minuciosidad si tienen que subir, en cuánto tienen que hacerlo y con qué gradualidad».

«Esta cuestión no ha sido analizada todavía en la Argentina con minuciosidad. Tienen que ponerse a analizarla expertos y académicos, opinando sobre un tema que no está determinado. Porque como no hay mercados competitivos y abiertos, tiene que ser analizado con minuciosidad, como nunca fue hecho en Argentina», afirmó el experto,

Sobre el valor interno del petróleo, reflejado en lo que se llama «el barril criollo», admitió que, si baja, «podría producirse una merma en la actividad de las compañías petroleras», pero subrayó que «la industria de los hidrocarburos bajó en todo el mundo».

«Y en Argentina deberá bajar naturalmente. Y no es un problema que nos deba quitar el sueño. Habrá que contrarrestarlo de alguna manera, y no atarse a esa idea de que, por no bajar la actividad, sobrevaluamos a precios exorbitantes que no corresponden», precisó el experto.

A su criterio «que baje la actividad es una consecuencia previsible. No veo el drama ni la dramatización».

Consultado sobre si esto no conllevaría reducción de personal de las petroleras, sostuvo que «no precisamente debería haber despidos de gente», y añadió que «aparte, las empresas deben tener seguros que cubran estas posibles bajas transitorias».

En consecuencia sostuvo que «si hay algún problema, tendrían que plantearlo las empresas; pero esto de amenazar con que eso puede ocurrir, es tener prisionera a toda la sociedad».

Por otra parte, indicó que «en lo que hace a las tarifas, si no se corrigen aumentándolas, las empresas van a tener muy serias dificultades y no van a poder asegurar la capacidad y la continuidad de las prestaciones».

Al respecto aseguró que «el que piense que se pueden mantener en las tarifas energéticas, la situación que había el 9 de diciembre de 2015, es un equivocado político», y subrayó que «es imposible volver a ese esquema».

«Es necesario adecuar las tarifas para que las empresas puedan continuar con las prestaciones», afirmó Lapeña, quien puntualizó que «la política tarifaria del kirchnerismo fue suicida, porque complicó al funcionamiento de toda la prestación de servicios de energía».

Jorge Lapeña integra el grupo de los Ocho ex Secretarios de Energía que tuvieron una posición crítica hacia las políticas sectoriales del kirchnerismo.

Es un ingeniero industrial, egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires en 1972.

Fue secretario de Energía de la Nación y subsecretario de Planificación Energética durante el Gobierno de Raúl Alfonsín, entre los años 1983 y 1988. También fue presidente del directorio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) 1987-1988. Y presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica CNEA entre los años 2000 y 2002, durante la gestión del ex presidente Fernando de la Rúa. Dirige el Instituto Argentino de la Energía «General Mosconi» desde 1985.

Este experto actúa, desde diciembre de 2015, como miembro del directorio de Enarsa, luego de aceptar el ofrecimiento que le realizó oportunamente el actual ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.