Las «trampas» de las consultoras para medir la inflación

No dan a conocer su metodología lo que vuelve poco rigurosos a los índices que presentan. Además, no resultan creíbles ya que muestran una gran dispersión entre sus estimaciones. Esto genera limitaciones en la credibilidad del IPC Congreso.

Las limitaciones del IPC Congreso hacen que no constituya un indicador válido, empezando por el hecho de que su metodología se desconoce: jamás fue publicada ni avalada seriamente por ningún método estadístico.

Además, calcula la inflación a través de un promedio simple de otros índices elaborados por un conjunto de consultoras privadas desconocidas. De esta forma, se ignoran tanto la cantidad como la calidad de datos relevados. Carece de representatividad, debido a que mezcla diferentes tipos de relevamientos realizados en distintos lugares.

Además, como todo promedio simple, el cálculo tiende a verse afectado por los valores extremos, obteniendo un resultado final poco representativo.

Los índices de las consultoras no resultan creíbles ya que los resultados de las más relevantes muestran una gran dispersión en sus estimaciones. Estas mediciones no pueden ser todas correctas al mismo tiempo. En el caso de agosto, las mismas oscilan entre una inflación de 2 y 3 por ciento mensual.

El «promedio» que dice ser el IPC Congreso varía según las consultoras relevadas; sin embargo, el valor que presenta es siempre mayor al promedio de las consultoras.
Las mismas consultoras tienen problemas metodológicos que conllevan una escasa rigurosidad y altos niveles de desconfianza a la hora de interpretar dichos datos: la metodología adoptada no se encuentra disponible en ningún lado para que quien quiera utilizar dichos datos pueda contrastarlos con otras estimaciones y su falta de transparencia habilita a los medidores privados de la inflación a ser poco rigurosos en la información que proveen.

A eso se suma que el relevamiento se concentra en Capital Federal y su área metropolitana. De este modo se extiende un comportamiento de precios de la capital al resto del país que puede discrepar significativamente. Además, el número de locales y de productos relevados no es representativo.