Premios Nobel de la Paz piden a Obama, el fin a las torturas

Los galardonados instaron a Obama a adoptar una «política firme» que respete los tratados internacionales vinculados a los conflictos, incluida la Convención de Ginebra y la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.

La misiva, de la que informó hoy el diario The New York Times, fue dirigida por los firmantes a otro par, ya que Obama también recibió el Nobel de la Paz en 2009.

En el texto, los galardonados pidieron al mandatario que de a conocer a la población estadounidense la extensión y uso de estas prácticas, además de publicar un informe realizado por el Senado en el que se detallan las torturas a sospechosos de cometer actos terroristas tras los atentados del 11-S.

El informe al que hacen referencia los firmantes es un documento altamente clasificado del que por el momento se conoce que en su conclusión afirma que hay muy pocas evidencias de que las llamadas «técnicas mejoradas de interrogatorio» -autorizadas en 2002 y aplicadas en las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib- ayudaran a conseguir avances en la lucha antiterrorista.

Los firmantes sostienen que la existencia de este informe llevó a Estados Unidos a una «encrucijada», ya que esta información podrá ser utilizada «para justificar el uso de la tortura por regímenes de todo el mundo».

«Queda por ver si Estados Unidos pasará por alto los efectos de sus acciones en su propia población y en el resto del mundo o si dará los pasos necesarios para recuperar las bases sobre las que fue fundado el país y adherirse una vez más a las convenciones internacionales que ayudó a nacer», afirmaron en su misiva.

Esta carta conjunta fue redactada por el arzobispo de Sudáfrica Desmond Tutu, quien ganó el premio Nobel en 1984, y el ex presidente de Timor Oriental José Ramos-Horta, quien obtuvo el galardón en 1996, a petición de la campaña de Internet TheCommunity.com.

La Administración Obama está debatiendo si debe respetar una interpretación legal de la era del ex presidente George W. Bush, quien consideraba que cualquier tratado sobre la tortura no es aplicable fuera de las fronteras estadounidenses y sobre la que no se pronunció hasta el momento.

La misiva fue firmada también por el argentino Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel 1980); el egipcio Mohamed El Baradei (2005); la liberiana Leymah Gbowee (2011); el costarricense Oscar Arias Sánchez (1987); el irlandés John Hume (1998); el sudafricano Frederik Willem de Klerk (1993); la estadounidense Jody Williams (1997); el obispo Carlos Belo, de Timor Oriental (1996); la irlandesa Berry Williams (1976).